domingo, 9 de diciembre de 2012

Caperucita roja, de carmen Martín Gaite

Han sido muchas las obras literarias que se han creado con la influencia o mediante la recreación del fenómeno cultural que es Caperucita Roja.

Lo encontramos bajo diferentes formas en la tradición de casi todos los pueblos de la tierra desde la más remota antigüedad, y no siempre bajo la apariencia de cuento infantil o relato breve. En muchas ocasiones ha alcanzado la categoría de novela no sólo para niños y lectores juveniles.

Nos queremos referir de una manera expresa, a modo de homenaje o reconocimiento, a la obra titulada Caperucita en Manhattan escrita por la extraordinaria escritora Carmen Martín Gaite en 1990.

Martín Gaite nació en Salamanca en 1925 y murió en Madrid en el año 2000. Entre sus numerosas novelas se encuentran Entre Visillos, que obtuvo el Premio Nadal en 1958, Retahílas, El cuarto de Atrás, Nubosidad Variable, El proceso de Macanaz, Ritmo Lento, Lo raro es Vivir, Irse de Casa y otras. También escribió libros para niños, poesía, teatro, relatos y ensayos. Le dieron el Premio Príncipe de Asturias por el conjunto de su obra en el año 1988.

Caperucita en Manhattan recrea el mito clásico de la iniciación a la vida adulta y las etapas que debemos superar para lograrlo con nuestros propios medios. No faltan, por supuesto, ninguno de los personajes conocidos: Caperucita, su madre, la abuela y el lobo, pero la asombrosa labor de la autora es la traslación magistral que hace del relato tradicional hasta convertirlo en una historia de gran actualidad que se desarrolla en uno de los escenarios que simbolizan la mayor modernidad: la isla de Manhattan. En nuestro caso el lobo, Míster Wolf, es el dueño de una prestigiosa pastelería que, casualmente, desconoce la receta ideal de la tarta de fresa y la madre de Caperucita, con quien vive en un edificio de apartamentos, es la poseedora del secreto de la mejor tarta de fresa conocida. La abuela, que había sido en su juventud cantante de music hall, vive en el otro extremo de Nueva York, y la niña decide llevar ella sola una tarta a su abuela aprovechando que su madre la ha dejado al cargo de una vecina...

La novela está escrita de forma magistral, convirtiendo el bosque de la narración tradicional nada menos que en el Central Park de Nueva York, y enriqueciendo el argumento con la introducción de personajes tan originales como Miss Lunatic, que vive en la estatua de La Libertad y regala a la niña un elixir capaz de quitar el miedo, o incluso la participación de la protagonista en el rodaje de una película de cine en una de las cafeterías más exitosas de la ciudad.

Leyendo Caperucita en Manhattan, escrita por Carmen Martín Gaite, uno tiene la impresión de que los cuentos de siempre siguen estando más vivos y actuales que nunca, y que nos siguen esperando ahí cada día desde que éramos pequeños para que volvamos a cogerlos y jugar con ellos. Sigamos profundizando en su mensaje más oculto y continuemos intentando hacernos un poco mayores cada día con ellos.

Leamos, pues, Caperucita en Manhattan, y aprendamos de la mano de Martín Gaite, su autora, y de Sara Allen, su protagonista, todas las claves que permiten hacer de un cuento clásico una novela actual, y conseguir reflejar en una novela actual que fue un cuento clásico, la vida.


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martes, 4 de diciembre de 2012

Comentario sobre la novela Entra en mi vida, de Clara Sánchez.

"Entra en mi vida", es una novela sicológica con un tema de la más triste
actualidad, en la que los noticieros todos los días nos comentan estas
tristes realidades del comercio con niños, que tocan las fibras más
sensibles del corazón humano.
En este caso, una madre angustiada, Betty, abandona el empeño de la
recuperación de su hija, Laura, por suponer que está integrada en una buena
clase social, y no quiere turbar su paz.

Tiene otra hija, Verónica, y es de destacar como se manifiesta la influencia
de los genes en las hermanas: trabajadoras, agradecidas, respetuosas y
sacrificadas en aras del bienestar de sus mayores, decididas y valientes.
La actitud del padre, manifiesta la frecuente postura del Género Masculino
ante la paternidad, que acepta los hechos y ayuda en lo que buenamente
puede, pero sin involucrarse hasta el fondo.

La imagen de Ana, es muy corriente en la vida, aunque no sean esos casos
extremos, y probablemente todos en algún momento hayamos tropezado con su
equívoca actuación.



Comentario sobre la novela "Lo que encierra tu nombre" de Clara Sánchez.
"Lo que encierra tu nombre" , escrita en el mismo estilo narrativo de la
anterior, a dúo entre los dos personajes centrales, Sandra y Julián, pone al
lector al borde del colapso, con situaciones que podrían desembocar en
drama.
Pinta con acertadas pinceladas la actitud de una parte de la juventud ante
acontecimientos tan importantes como es la llegada de un hijo, que viene a
este mundo impulsado solamente por las leyes de la Naturaleza, ya que entre
los progenitores no hay amor ni intención madura de procrear. Una sociedad
que se dice moderna, pero en la que se manifiesta la falta de valores.
Muy novelesco el coprotagonista, Julián que hace tan largo viaje para
encontrarse con un amigo, y decide quedarse hasta el final de sus días,
solo, sin familia ni amigos, sabiendo que hay quien tiene poderosos
intereses en su desaparición.
La novela es un relato de terror, en el que el lector espera de un momento a
otro, que sucumba la valiente protagonista o el atrevido expresidiario.

Las dos novelas que hemos leído, no son aptas para cardiacos. Con un
original estilo narrativo a dúo, nos va llevando por las delicadas
situaciones que viven las protagonistas, muchas veces, como en la huida de
Laura, al filo de lo imposible.
Afortunadamente, todos salimos ilesos, los protagonistas y los lectores que
superamos las tensiones que nos trajeron estas dos admirables novelas.
Resumen:
Dos buenas novelas, que me han integrado entre los fans de la autora.
Brígida Rivas Ordóñez
Alicante, noviembre 2012

sábado, 24 de noviembre de 2012

Microrrelato: remanso

Remanso

 

 

            Aquella mañana la empresa despidió a dos inmigrantes ilegales y nadie entendió que defenderles alejaría el riesgo de irnos todos al paro.

Al pasar por la calle Del Sol reconcomiéndome camino de casa entré a tomar un vaso en el sitio de siempre y me ha envuelto una canción de Jacques Brel acompañada de guitarra.

El vino desprende su profundidad rodándolo por la boca y al bajar acaricia generoso mi garganta.

Detrás del mostrador un mural representa el legado de François Villon, y una paloma echa a volar llevándome en sus alas.

Desde el fondo del local viene a ratos el ladrido de un perro noble, recordándome que hace años tenía dos podencos y recorríamos juntos el monte hasta la puesta del sol.

Presto atención y oigo "Ne me quitte pas" enarbolado como una pancarta. 

Pido otro vino. El que canta derrotado es uno de los despedidos esta mañana.

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jueves, 22 de noviembre de 2012

Nuestro taller de lectura comenta Ensayo sobre la ceguera.

Alguno de los asistentes lo ha leído varias veces en un mes y manifiesta
su admiración hacia Saramago como un hombre sabio. En términos generales
muchos consideran que el enfoque desnombrado de los personajes dificulta la
comprensión y su identificación individualizada a lo largo de la novela.
Es una gran parábola sobre la empatía humana, provocándose el caos social
principalmente por la actitud de los responsables al no involucrarse con el
problema y decidir aislarlo como si afectase sólo a los marginados. Es un
libro plagado de episodios intensos que hacen reflexionar y releer párrafos
enteros.
La alegoría de la ceguera es un instrumento para crear el clima
desconcertante de la trama, y el autor lo utiliza para profundizar en el
egoísmo de la sociedad, que no quiere ver más allá de las circunstancias que
forman la vida de cada individuo. Prueba de ello es que Saramago distingue
entre los afectados por la epidemia producida y los ciegos que ya lo eran
antes y han aprendido a aprovechar otras facultades, incluido el
conocimiento del alfabeto braille. La ceguera es un puro simbolismo de la
ceguedad de los hombres.
El autor en realidad nos habla de lo que está pasando ahora mismo en el
mundo: del egoísmo, de la insolidaridad y la falta de justicia social. Sólo
se libran la mujer del médico y el perro de las lágrimas, mientras que el
grupo de ciegos violentos representa la parte más abyecta del ser humano.
El final a juicio de algunos crea cierta inquietud, al terminar con una
frase ambigua que podría tener lecturas divergentes. Nos detenemos unos
minutos comentando el fenómeno de la ceguera blanca de los personajes, que
no corresponde al hecho de la falta de vista sino que probablemente se deba
a alguna intención del autor no escrita. Sabemos que los ciegos de
nacimiento no disponen de nociones visuales contrastables, y los que lo son
más tarde dejan de percibirla conservando la memoria visual.
Reservamos los últimos minutos a tratar rasgos singulares que resaltan a
lo largo de la obra.
Así, la mujer del médico para algunos simboliza la esperanza, mientras que
para otros representa el hilo conductor, una herramienta o recurso literario
sin el que prácticamente resultaría imposible el recorrido de la trama. La
excepcionalidad de una sola persona vidente trata de resaltar la
responsabilidad de los mejor dotados respecto a los más desfavorecidos de la
sociedad, en este caso los ciegos. Pero, ¿por qué precisamente la mujer del
oftalmólogo? Para algunos cierta lógica nos llevaría a pensar que le
correspondería a la mujer del primer ciego ser quien se librase del
contagio. El niño con estrabismo desempeña el papel del miembro de la
sociedad que necesita protección de los demás y despierta el amor maternal y
la ternura.
Ensayo sobre la ceguera es una declaración en favor de los derechos
humanos y la solidaridad social. Sólo si no nos conformamos con nuestras
limitaciones, si sabemos organizarnos y defender nuestra dignidad,
conseguiremos salvarnos como seres humanos encumbrándonos por encima de las
mezquindades humanas y alcanzando nuevos estadios de libertad.

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domingo, 18 de noviembre de 2012

Lo que esconde tu nombre y entra en mi vida

En el año 2000 Clara Sánchez ganó el Premio Alfaguara, uno de los más prestigiosos de España, y representó la primera noticia que algunos tuvimos de la escritora. El título del libro era Sin noticias del paraíso. Antes había publicado otras novelas con menos éxito de popularidad, pero a partir de ese punto supo mantener vivo el interés de sus lectores incondicionales.

  Siguió publicando en los siguientes años al mismo tiempo que continuaba con su actividad profesional como profesora universitaria y experta en cine. En el año 2010 obtuvo el Premio Nadal con su novela Lo que esconde tu nombre, y definitivamente encumbró a Clara Sánchez a las máximas alturas del mundo literario español de principios del siglo XXI. Los periódicos, las revistas especializadas, las emisoras de radio, los canales de televisión más importantes. Durante el primer semestre del 2010 intervenía en todos los programas, participaba en todas las entrevistas, todos los foros literarios. Su voz era agradable y su conversación muy amena. Lo que esconde tu nombre hablaba de los grupos de nazis que vivían entre nosotros adoptando personalidades de conveniencias. Una joven y un anciano cazanazis les detectaba en una población de vacaciones de la costa mediterránea. La autora transmitía casi apasionamiento, a la vez que animaba a la reflexión acerca de la verdadera personalidad de tantos seres anónimos de apariencia inocente con los que podemos cruzarnos cada día ignorando el riesgo que representan.

  Decidí no leerlo entonces entre otras cosas porque la diáspora alemana nunca me ha atraído especialmente, pero cuando al año siguiente encontré en el catálogo de novedades bibliográficas su nueva obra, Entra en mi vida, sobre las redes dedicadas a la venta de bebés, un impulso imprevisto me hizo alterar el orden de mis lecturas pendientes situando en primer término Lo que esconde tu nombre y Entra en mi vida. He leído, pues, los dos seguidos, uno detrás del otro, dejando entre ellos un tiempo para asomarme a lo que están haciendo otras escritoras jóvenes, de quienes hablaremos en otro momento.

 
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miércoles, 14 de noviembre de 2012

Antes de empezar a escribir una novela

Empezar a escribir nuestra primera novela nos resultará más fácil si utilizamos como punto de referencia un relato tradicional conocido por todos y le sometemos a todas las transformaciones que consideremos conveniente hasta convertirle en una obra nueva difícilmente relacionada con la que hemos empleado de modelo.

El cuento que manejaremos con esta finalidad, por su esquematismo y su popularidad universal será Caperucita roja en la versión de Charles Perrault, por lo que dedicaremos durante los próximos días parte de nuestro tiempo libre a analizarlo y conocerlo en sus más mínimos aspectos antes de fijar a partir de él la estructura de nuestra obra.

No obstante, con el fin de conseguir mayor complejidad en la trama y permitirnos una mayor diversidad en los temas que podemos abordar sin desmarcarnos demasiado del original, emplearemos también el cuento titulado Las Hadas, del mismo autor, fundiendo personajes episodios y aportes culturales de manera que la interrelación del conjunto de los dos relatos constituya el argumento de nuestra novela.


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domingo, 4 de noviembre de 2012

el primer párrafo de una novela

La forma de iniciar una novela es tan importante que de ello depende la decisión de leerla del nuevo lector, y muchas personas manifiestan que con frecuencia abandonan la lectura de una obra cuando ya desde las primeras páginas deja de interesarles.

Sin embargo, no hay fórmulas mágicas que aconsejen empezar a escribir una novela de un modo o de otro. Puede hacerse, al estilo de la Biblia, comenzando desde los orígenes de la historia que queremos contar o, por el contrario, resumir de forma subyugante los acontecimientos que provocaron los hechos que nos proponemos relatar.

La primera forma transmite un orden más natural, pero la segunda suele dar mejores resultados si conseguimos despertar en el lector la curiosidad por las circunstancias que pudieron ocasionar el desenlace expuesto. Este último procedimiento es el que utiliza, por ejemplo, García Márquez en Crónica de una muerte anunciada, obra en la que incluso el título nos adelanta el episodio que se cuenta en la novela y, sin embargo, atrapa nuestra atención llevados por el interés de descubrir el desarrollo de las circunstancias que produjeron la muerte del protagonista a que se refiere el autor ya en el primer párrafo de la obra. Pero este mismo escritor emplea el método de empezar la narración desde el principio de la historia en Cien años de soledad, lo que probaría que cualquiera de las dos formas es igualmente válida y cada una de ellas puede alcanzar una fuerza irresistible en manos de un novelista que maneja la técnica narrativa con maestría admirable.

En muchos casos la narración se plantea a partir de una situación intermedia del argumento y se despliega avanzando y retrocediendo al arbitrio azaroso de los hechos concretos y la incorporación controlada de episodios anteriores en el tiempo relacionados de algún modo con lo que en ese momento se cuenta, por lo que tampoco sería descabellado que el primer párrafo haga referencia a algún acontecimiento singular producido en el transcurso del conjunto de la trama con el fin de atraer la atención del lector.

Al margen del método a emplear como arranque de nuestra obra, lo que es cierto en la mayor parte de los casos es que casi nunca resulta ser el primer párrafo de la novela lo primero que escribimos cuando nos ponemos a escribirla. Hay escritores, incluso, que al terminar la obra reescriben no sólo el primer párrafo sino hasta todo el primer capítulo para mejorar su relación con los siguientes.

Por esta razón no debemos sentirnos comprometidos en exceso en el momento de empezar escribir hasta el punto que nos dificulte poner en marcha la idea que tengamos. Es preferible empezar la tarea con la aptitud de quien escribe algo provisional y dejar para más adelante la decisión de conservar o no como primer párrafo lo primero que escribimos.

Lo fundamental es, pues, ponerse en marcha. Y a eso nos disponemos.


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martes, 30 de octubre de 2012

Consideraciones en torno a Ensayo sobre la ceguera

(Agradecemos especialmente a Miguel que nos haya dado la oportunidad de
conocer este magnífico trabajo de su amigo, y a los dos su facilidad para
que lo coloquemos en el blog y que podamos darlo a conocer a todos los
visitantes).




Una reflexión de profundo calado en los entresijos de la condición humana es
la que entrega José Saramago en su novela Ensayo sobre la ceguera. La
reflexión tiene su principal agudeza en el hecho mismo del título escogido
por el autor: no se trata de Novela sobre la ceguera, sino Ensayo sobre la
ceguera, advertencia misma que desde el comienzo indica al lector una
argucia muy suspicaz. Saramago aprovecha lo que la palabra ensayo supone, en
tanto género literario que, tal su presupuesto, indica: ensayar es colocar
la capacidad íntima del autor en el deslinde de ideas, profundización de un
tema desde una perspectiva personal en la que se entrelazan los factores más
diversos de ascendencia cultural que provoca una reflexión, y en ese orden
lo cultural lo incluye todo. Ensayar es tantear, comprobar desde diversos
ángulos lo posible de una disposición afectiva y cardinal sobre un tema. En
este caso, Saramago se adentra en las contingencias de una sociedad puesta
al límite, donde una extraña epidemia, por decirlo de una manera donde la
metáfora no excluye el juicio puntual, no solo enceguece las miradas, sino
que pone a prueba las capacidades de supervivencia y de afirmación de lo
humano por encima de los instintos más provocativos que pueden conducir al
desorden y el abismo total. Si hubiera dicho en su título Novela sobre la
ceguera, los recursos de la ficción hubieran puesto en primer orden lo
imaginario estricto, en tanto que al poner la palabra ensayo, advierte que
el acto de ensayura sobre el tópico en cuestión, que es en este caso la
ceguera colectiva, busca una explicación cuya razón se encuentra en las
valoraciones entrecruzadas desde la perspectiva del ensayo como género que
se convierte aquí en juego metyafórico a favor de la utilidad de la ficción
narrativa encubierta, propniendo un mestizaje de géneros literarios en el
que la voluntad imaginaria de la novela se adentra en las indagaciones que
sobre el hombre y sus ámbitos más perentorios desarrolla el ensayo como
género literario. Se trata de una de las novelas más representativas de un
período de creación en el que Saramago apuesta firmemente por la fabulación
más universalista desde extremos locales ubicuos, en lo que refiere que no
es un país nominado, sino cualquier territorio donde el ser humano
experimenta lo social y sus entornos. Ensayo sobre la ceguera expresa el
genio más agudo del gran erscritor portugués, en una novela que, en estos
tiempos de crisis por doquier, alcanza una perspectiva global. Una escritura
de fuerte carga poética, elegante y efectiva, a la vez que un entretejido de
personajes y circunstancias que hacen de la novela una fábula intemporal y
exhaustiva sobre la condición humana.

Eugenio Marrón

sábado, 27 de octubre de 2012

La tentación de reinterpretar al autor de una novela

Muchas veces, cuando leemos una novela tendemos inconscientemente a reinterpretar la voluntad del autor al escribirla, y nos cuesta un esfuerzo admitir que quien la escribió sólo quería decir lo que dejó escrito.

Es muy posible que estaactitud la hayamos adoptado desde pequeños, cuando nos decían que al leer La Biblia Dios quería decirnos cosas distintas de las palabras que leíamos, como en el caso de la manzana de Eva, que era un símbolo del pecado de todos los hombres, o la paternidad de José, que no había que entender que fuese el padre de Cristo aunque a todos nos lo pareciera.

 

      La lectura de Ensayo sobre la ceguera nos impacta desde la primera página, cuando el primer afectado pierde la vista de súbito ante un semáforo rojo que cambia de color mientras sus ojos se quedan ciegos insólitamente.

  A partir de este hecho crucial el lector se siente inmerso en una vorágine imparable en la que al género humano se le va retirando la facultad de percibir su entorno mas allá del oído, del tacto, del gusto y del olfato. De inmediato nos surge por dentro la idea de que tal vez José Saramago encripta un mensaje detrás de la alegoría, valiéndose de un fenómeno desconcertante para transmitirnos un principio filosófico que debemos desvelar por nosotros mismos. ?Es un evangelio profano? ?Es una historia de la humanidad contada por alguien con la valentía para hacerlo sin condicionantes? ¿Es una fantasía íntima ante la probabilidad de una pérdida irreparable frustrante?

 

      Dios creó el des mundo y proveyó a sus criaturas de todo lo necesario. Las huestes del mal sembraron la violencia insensata y soberbia. Los espíritus custodios también eran sensibles a la influencia nefasta. El descenso a los infiernos es fin y principio de todo, y no se nos ha dado nada peor que caer al fondo y que no exista la esperanza. En un gallinero de coles, gallinas y conejos permanecía la última semilla de la caja de Pandora.

      El contrapunto durante toda la obra es la mujer del médico transformada en la excepcionalidad que esquiva la norma. Conductora, auxiliadora, protectora, proveedora, salvadora, redentora.

  Es posible que Saramago se sirviera de este personaje para hacer viable el currículum de la trama, de otro modo insostenible. Podría ser que a través de ella nos comparta el autor su ideario de justicia social. No descartaremos tampoco que sea un foco de distracción de los verdaderos protagonistas, como pueden ser la chica de las gafas y el viejo de la benda, que permanecen siempre en un segundo plano visible y alcanzan su máximo esplendor en las últimas páginas.

      Inútil nuestro esfuerzo intentando consciente o inconscientemente reinterpretar la voluntad del autor al escribirla. Debemos de admitir que quien la escribió quería decir, solamente, nada menos que lo que dejó escrito. Que no es poco.

 
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jueves, 18 de octubre de 2012

elegir la persona gramatical para una novela

una novela puede escribirse en cualquiera de todas las personas gramaticales existentes, del singular y del plural, del masculino y del femenino, y cada una de ellas puede ser la más acertada dependiendo del enfoque que queramos dar a la narración.

La mayor parte de las obras están escritas en tercera persona, pero son muchas también las redactadas en primera, dando la impresión de que el que escribe coincide con el protagonista de los hechos que se relatan. Comentaremos, pues, de forma especial las características principales de estas dos últimas, por ser las preferidas por los escritores a lo largo de la historia.

Lo más importante es determinar el ámbito psicológico que queremos reflejar en el argumento. Si vamos a destacar hechos objetivos y consideraciones de carácter general, el empleo de la tercera persona del singular puede ser una elección acertada. Por el contrario, si nuestra intención es reproducir aptitudes subjetivas pertenecientes al mundo de los sentimientos o las vivencias interiores, lo más adecuado podría ser el empleo de la primera persona también del singular.

Cada una de ellas se subdivide en otras dos, dependiendo del posicionamiento del que escribe respecto a lo que cuenta.

En la tercera persona podemos adoptar una aptitud semejante a la que representaría un dios creador que conoce a sus criaturas de forma absoluta y sabe todas sus reacciones de pasado, presente y futuro y las causas que las ocasionan. También podemos situarnos en la posición de quien observa el desarrollo de la trama desde un punto de observación externo, y sólo describe lo que puede percibirse con las facultades humanas, haciendo resaltar la descripción de los escenarios y las sensaciones asociadas al mundo de los sentidos, pero excluyendo todo lo que se refiere al pensamiento o los sentimientos de los personajes. El resultado podría recordar a la narración de lo que captaría una cámara de cine. Conviene evitar la descripción de sensaciones y pensamientos sustituyéndolos por gestos, diálogos y movimientos que cumplan esa función, lo que imprimirá mayor fluidez y veracidad a la historia.

La primera persona es el procedimiento de destacar la subjetividad del narrador. Lo que se cuenta se hace según lo vive el protagonista, pudiendo estar o no acertado en sus apreciaciones o distorsionar la realidad de manera evidente. En este tipo de narración alcanza su mayor expresión la interiorización de los pensamientos, el monólogo interior y el manejo de los sentimientos humanos. Puede emplearse la forma de autobiografía, en el que el protagonista habla de algo que le ocurrió a él mismo, como si contase su propia vida o una parte de ella. También puede aparecer como testigo directo de lo vivido por otros en el que el narrador suele ser un personaje secundario o desplegar alguna técnica narrativa, como descubridor de supuestos manuscritos, investigador de un acontecimiento poco conocido o cualquier otra estrategia semejante. El uso de la primera persona permite desarrollar más los aspectos psicológicos de los personajes y consigue una mayor identificación del lector con el protagonista del argumento.


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lunes, 15 de octubre de 2012

El sabor de releer un libro es un reencuentro

Leer un libro por segunda vez con una diferencia entre una y otra de muchos
años es como regresar a una ciudad que recordamos con afecto desde la última
vez que la visitamos en tiempos de novios y regresamos a ella cuando
nuestros hijos empiezan a abandonar el hogar y nosotros viajamos a los
lugares donde fuimos felices con la esperanza de revivir reverdecidos los
mismos recuerdos de entonces. Vano empeño.
El calendario me dice que es otoño, mediados del mes de octubre, y la
ventana abierta de par en par para que se renueve el aire claustrofóbico de
dentro me trae el rumor sordo del agua que choca contra las baldosas de la
terraza, contra el borde ajado de las macetas de plástico casi sin plantas.
Cae la lluvia monótona. paso las hojas del libro que estoy leyendo, y
tengo la sensación de que una humorada traviesa de José Saramago ha ido
cambiando las cosas del sitio donde estaban y poniéndolas en otra página. No
recordaba el personaje que se acostaba con la chica de las gafas oscuras.
También había olvidado el aparato de radio que les trae durante un tiempo
noticias de fuera. ¿Existía un contable ciego que supiera braille en el
grupo de los malvados? Tampoco recordaba el perro de las lágrimas, tratado
con tanto mimo como hacía el escritor con los suyos propios. Por
un momento me pongo a pensar si los pasajes que no retengo en la memoria
serán puntos débiles de la novela, o si el autor hubiera podido prescindir
de ellos sin menoscabo del argumento. Sonrío, porque me doy cuenta de que he
caído en la trampa que mi mujer dice que caigo Cada vez que vamos por
segunda vez a una ciudad y comento que entonces era más pequeño el barrio de
las callejuelas estrechas, que no había tantas fachadas con balcones de
madera y verjas recargadas de herrajes decimonónicos. -Esta casita
de dos alturas yo creo que no estaba al lado de este gran edificio funcional
de oficinas. -Lo que no estaba era el edificio, listo. Te está
pasando como con los libros, que les pones cosas reales y piensas que son de
verdad los episodios que sólo has vivido con la imaginación, leyéndolos.
Entra una ráfaga de aire frío por la ventana y me arrebujo en la ropa como
refugiándome del otoño. La vieja solitaria custodia las llaves de la casa de
la chica después de muerta. Llueve también en la novela. El primer ciego
tiene los ojos cerrados y deja de percibir la ceguera blanca para verlo todo
por un instante negro.
Empiezo a leer las últimas páginas. Tiene razón mi mujer, que los
libros son cofres inmutables y que somos nosotros los que nos asomamos a
ellos cada vez de un modo nuevo cuando volvemos a leerlos. Es lo que me está
pasando ahora con Ensayo sobre la ceguera, de Saramago.


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jueves, 11 de octubre de 2012

Cómo elegir la idea principal para una novela

Hay muchas maneras de apresar la idea principal que pueda servirnos como punto de partida para empezar la empresa de escribir una novela. Son raros los escritores que no se han encontrado alguna vez delante de una hoja de papel en blanco y han tenido la impresión de sentirse bloqueados, sin nada concreto que decir o, tal vez peor aún, sin ser capaces de reflejar en palabras la idea vaga que les rondaba la cabeza.

¿Cómo solucionarlo? Puede hacerse de maneras muy diferentes. Hay quien propone ponerse a escribir de forma automática, sin prestar ninguna atención al sentido de lo escrito. Otros sugieren abandonar lo que se esté haciendo y salir a la calle en busca de argumentos.. Existen escritores muy famosos que acostumbran a llevar siempre en un bolsillo una libreta para apuntar las ideas fugaces que les van saliendo y después, cuando les hace falta, utilizan las anotaciones que habían hecho.

Personalmente el procedimiento que prefiero es el de la disciplina diaria consistente en escribir todos los días a la misma hora y durante un tiempo más bien corto, como puede ser una hora o dos, siempre después de la comida, antes de acostarse, o tal vez por la mañana temprano. Un novelista al que le dieron el Premio Nobel hace ya algunos años decía que cuando la inspiración viene a vernos nos tiene que encontrar trabajando y, de un modo parecido, podríamos decir que la inspiración termina aprendiendo el momento en que estamos trabajando para venir a vernos.

Un sistema que da resultados sorprendentes es la asociación de ideas dispares que se confrontan y ponen en funcionamiento ideas nuevas, que a la vez se confrontan con otras, y así sucesivamente hasta concretar una que la reconocemos como mejor que las otras y empezamos a trabajar sobre ella.

El mecanismo puede ser tomar dos palabras al azar de páginas diferentes de un libro, o elegir dos palabras continuas o discontinuas de un diccionario.

También podemos escribir en una cuartilla una lista larga de palabras arbitrarias que podemos reducir por parejas sucesivas hasta quedarnos con las dos o tres últimas. por ejemplo, hacemos una lista de 16 palabras agrupadas de dos en dos; cada par de palabras lo sustituimos por una nueva relacionada mínimamente con las anteriores; de este modo conseguiremos ocho nuevas palabras también emparejadas, que reduciremos a cuatro, y estas cuatro últimas, formadas en dos pares, dan lugar a las dos últimas palabras, que serán el núcleo generador de la idea principal que hemos alcanzado.

Este método de captación de una idea puede complementarse con el que podríamos llamar de expansión, consistente, por así decirlo, en el camino inverso. Me explico: en el centro de una hoja en blanco escribimos la idea o palabra que queremos desarrollar, y a su alrededor anotamos cuatro palabras como si fuesen los puntos cardinales; de cada una de ellas deberán surgir dos, y de éstas, otras tantas. Por fin, las ideas que surjan del conjunto de las palabras que estén más alejadas del núcleo serán las que debamos desarrollar en nuestra novela.

Cualquiera de estos procedimientos puede sernos útil para escoger el tema de nuestro trabajo literario.


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martes, 2 de octubre de 2012

En octubre leeremos Ensayo sobre la ceguera, de José Saramago

José Saramago es el escritor más español de todos los que nacieron en el
extranjero y decidieron fijar su residencia definitiva en España.
Yo conocí en primer lugar su obra, después su idea sobre la condición humana
y, por fin, también a través de sus libros, descubrí que había nacido en un
pueblo muy pequeño en las inmediaciones del Tajo, cerca de su desembocadura,
en tierras de nuestra vecina Portugal, no en España. Claro está, como pronto
supe, que en su arquitectura política mental, la península Ibérica
constituye un sólo país, y no dos, como el discurrir de la Historia ha dado
en escindir equivocadamente.
El libro que le concedió popularidad social fue Ensayo sobre la ceguera.
Antes había publicado otros muchos con los que fue adquiriendo prestigio
como defensor de los más desfavorecidos de la sociedad, y también de crítica
hacia el testamento religioso cristiano y la estorsión del sentido religioso
de Ocidente desarrollada a lo largo de los siglos por la Iglesia católica.
Algunos de los títulos anteriores son: Alzado del suelo, Memorial del
convento, el evangelio según Jesucristo, El año de la muerte de Ricardo Reis
y La balsa de piedra.


La publicación de Ensayo sobre la ceguera, además de otorgarle la
consagración literaria como uno de los escritores portugueses más conocidos,
representa el inicio de una nueva forma de transmitir su doctrina social,
menos densa para hacerla más comprensible, y a la vez también menos
definida, dejándola abierta a interpretaciones diversas, como si el escritor
hubiera querido abrirse a todos los hombres, departiendo con ellos en
amigable compañía, con independencia de que desde la altura de miras de su
condescendencia y su tolerancia, él sí tuviera bien claro lo que quería
decir en su obra para que quien tuviera oídos para oír oyera. Algunos de sus
libros posteriores son: Todos los nombres, La caverna, El hombre duplicado,
Ensayo sobre la lucidez, Las intermitencias de la muerte, El viaje del
elefante, y, por fin, Caín.
Este mes de octubre en nuestro taller de lectura vamos a
leer Ensayo sobre la ceguera. Nos gustaría recibir tus comentarios y tus
interpretaciones sobre el símbolo que el autor utiliza para representar la
incapacidad humana para enfrentarse a la realidad circundante y las
dificultades para mantener las propias convicciones por encima de los
intereses fácticos que nos acosan.



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domingo, 30 de septiembre de 2012

Por qué escribir una novela

Lo más importante para empezar la tarea de escribir una novela, es tener una razón para escribirla, una idea global que queramos reflejar en ella. A partir de esta idea principal iremos creando las ideas secundarias, la trama, el desarrollo acompasado de los hechos que, finalmente, desembocarán en el desenlace necesario para exponer o probar el planteamiento previsto en un principio. Si no tenemos un motivo que nos parezca importante a nosotros, es mejor no ponerse a hacerlo porque existen muchas posibilidades de que el trabajo resultante no nos guste.

Puede ser una idea trascendental, como intentar demostrar que todos los hombres somos iguales o que la evolución de la especie va perfeccionando el comportamiento moral de las personas, pero también puede ser algo más cotidiano y de andar por casa, como la satisfacción de una partida de dominó con los amigos un domingo por la tarde o la alegría de encontrarse con una persona muy querida después de muchos años sin saber nada el uno del otro.

Lógicamente, además de esta idea central, deberán haber otras dos o tres ideas secundarias que vayan interrelacionándose entre sí y a la vez con la principal, todo lo cual irá constituyendo la urdimbre o trama de la novela formando el argumento.

Al mismo tiempo, como veremos en las explicaciones que daremos cuando hayamos avanzado un poco más en nuestros comentarios sobre el proceso de crear una novela, deberemos introducir tres o cuatro episodios menores en cada uno de los capítulos, que pueden finalizar de inmediato o en los capítulos siguientes.

No importa que los episodios que escribamos los extraigamos de nuestra propia experiencia o de vivencias que le haya ocurrido a alguna persona conocida. Basta con disfrazar parcialmente los hechos y darles un carácter literario incorporándoles al conjunto homogéneo que conforma nuestra obra. Conviene, como ya decimos, no reproducir fielmente historias reales, mucho más difíciles de transformar en literatura, sino más bien simplificándolas o modificándolas para amoldarlas a nuestro argumento concreto. Si cambiamos de sexo y edad al protagonista real, aumentamos o disminuimos adecuadamente el hecho al que nos sirve de referencia y variamos algo su final, nos sorprenderemos nosotros mismos comprobando que hemos creado una historia nueva que sólo nosotros relacionaríamos con la original.

Por último, podemos tomar como modelo de trabajo una obra ya publicada o incluso un cuento clásico, que trasformaremos hábilmente para darle una apariencia nueva y variar el enfoque de su planteamiento de partida o sus conclusiones finales. Siguiendo este método de trabajo se han escrito infinidad de obras literarias de primera magnitud sin que ello signifique ningún descalificativo hacia ellas en absoluto, y éste será en nuestro caso el hilo conductor que nos permitirá orientarnos y construir una novela desde el principio hasta el final también a nosotros.

Lo veremos en las próximas explicaciones que demos.

 
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martes, 25 de septiembre de 2012

Nuevo libro para leer

Hoy voy a empezar a leer Los mejores tiempos, de Marta Sanz, que
ha llegado a mis manos de forma imprevista debido a que la autora participó
en un libro colectivo coordinado por Elena Medel del que hablaré más
despacio en otro momento.
Hasta ahora no había oído hablar de esta autora, pero la nota de
solapa dice que es profesora de Literatura y ese detalle aumenta mi interés
hacia su obra. Está claro que es alguien que tiene que dominar con maestría
los recursos estilísticos, muy lejos de los que escriben un libro para
satisfacer una ilusión o porque sienten la necesidad de contar algo, y lo
hacen del mejor modo que saben. Ella ha publicado antes otras dos novelas:
El frío y Lenguas muertas. Me lo anoto por si quiero leerlas después de
ésta.
Es joven, nació en Madrid en 1967, o sea que pertenece al grupo de
nuevos valores culturales que empezaron a sobresalir hacia la última década
del siglo pasado y es en los inicios del siglo XXI cuando nos han empezado a
hacer entrega de su trabajo más depurado y con mayor sazón.
Los mejores tiempos, según la contracubierta, habla de un tema que
me llama la atención, el fenómeno de que los hijos de padres progresistas
suelen ser conservadores. No es original porque todos lo hemos comentado
alguna vez, y hasta me parece recordar que Víctor Jara lo dice en alguna de
sus canciones más conocidas, pero creo que me va a gustar ver el modo de
Marta Sanz de desarrollarlo en la novela. Todos hemos sufrido en propias
carnes algo parecido, la diferencia de ideas entre nuestros padres y
nosotros y, lo que es peor, ahora estamos asistiendo a la repetición del
mismo problema con nuestros hijos, que no siempre coinciden con nosotros en
el análisis de los mismos hechos.
Creo que la novela va a gustarme. Ahora mismo empiezo a leerla.

"Nunca pensé que con treinta y cinco años tuviese que empezar a
preocuparme por si mi padre se ha cambiado de traje a lo largo de la última
semana. O por si mi madre...

domingo, 23 de septiembre de 2012

Cómo escribir una novela

         No estamos ante un reto infranqueable ni mucho menos.    Yo tengo un amigo que asegura que hoy en día cualquiera que se lo proponga puede escribir un libro    y no creo que tenga razón en absoluto, pero tampoco pienso que sea un acto religioso sólo reservado a los dioses.        	Lo principal es saber escribir aceptablemente. Lo demás es cosa de trabajo   y de aprender algunas técnicas sencillas que podemos ir comentando poco a poco.     No es mucho lo que yo sé sobre escribir novelas, y quiero decirlo antes de nada para evitar que esperes demasiado de estas orientaciones y puedas sentirte engañado en algún momento de flaqueza.     	Hasta ahora he publicado un par de novelas y estoy escribiendo otras, pero creo que con cada página escrita, con cada nuevo capítulo, voy aprendiendo algo que antes de escribirlo no sabía, y pienso que apenas si acabo de empezar un camino que no se termina de andar nunca.       	Pero, no obstante, si te animas a seguir las orientaciones que aquí vaya poniendo progresivamente,     calculo que en un tiempo no excesivamente grande podemos tener una novela terminada, lista para publicarla o pasearla por los mil concursos literarios que se convocan a lo largo del año.       	Mi afición a la escritura me viene desde la infancia y corre paralelamente a mi insaciable necesidad de leer libros.   Pienso, incluso, que las dos aficiones discurren paralelas y son complementarias la una de la otra.     Algo así como aquello con resonancias bíblicas de que de la abundancia de las páginas leídas surge la germinalidad de las páginas escritas.       Algunos visitantes de la página me han preguntado si se trata de hacer una novela colectiva, pero no es ésa mi intención. Más bien, al contrario, se trata de dar explicaciones sencillas que puedan servir para que cada uno escriba la suya propia. Seguro que lo logramos.   

jueves, 20 de septiembre de 2012

] Obituario de José Mas en el País

José Mas, el apasionado profesor ciego de literatura
Docente y poeta, luchó por una cátedra en un tiempo en que ser invidente lo
impedía y logró enseñar y cultivar su amor por las letras
Ferran Bono 19 SEP 2012

Estaba especialmente satisfecho de su Península de olvido. "Ya no debe
etiquetárseme de ciego cuando se me reconozca poeta", decía en su esbozo de
autobiografía sobre este poemario publicado por Visor, con el que ganó el
Premio Internacional Tiflos de 2002, "abierto a todo tipo de poetas". La
literatura iluminó la vida de Pepe Mas (Valencia, 1939), que estuvo marcada
por la ceguera "para bien y para mal" hasta su fallecimiento el pasado día
12 . Dejó como autor numerosos libros de crítica y divulgación literaria,
además de poemarios y centenares de alumnos y amigos.

La gran escritora Ana María Matute fue una de sus amistades: "Estoy hecha
polvo. Éramos amiguísimos desde hace mucho tiempo. Nos presentó un amigo que
me habló de un joven con su problema al que le gustaban los libros que yo
escribía... Era un bellísima persona, que llevaba con una jovialidad y
alegría su problema... Era muy culto, leía mucho en braille; estaba muy
entregado a la literatura. He conocido a muchos de sus estudiantes que lo
adoraban. En fin, terrible, una fatalidad".

Pepe Mas luchó por vivir de su pasión por las letras y sorteó obstáculos que
en un pasado no muy lejano, a fines de la década de los sesenta, parecían
insalvables. Plantó cara al Gobierno franquista para obtener la dispensa de
su ceguera total y poder participar en las oposiciones a catedrático. Él
mismo lo contaba así: "El tribunal decidió dejar una plaza desierta en la
votación final, para no dármela; esta solución fue el resultado desesperado
que adoptaron los miembros del tribunal, al no poder suspenderme en ninguno
de los ejercicios de la oposición".

Más tarde logró ser catedrático de Enseñanza Media y "preocupado por incitar
a la lectura a un público juvenil poco dispuesto a intentar por sí mismo la
aventura", llevó a sus clases a decenas de escritores, como Ana Maria
Matute, José Luis Sampedro, Gustavo Martín Garzo, Espido Freire, Cristina
Peri Rossi, Ana María Moix, Francisco Brines, Juan Gil-Albert, Carlos Marzal
o Vicente Gallego. Este poeta valenciano lo recuerda como "un hombre bueno,
culto, cordial".

Acompañado siempre por su mujer, profesora y coautora de algunos de sus
libros, Teresa Mateu. Pepe Mas solía sistir a las presentaciones y actos
literaturas en la ciudad de Valencia. Además de un consumado pianista, fue
autor de estudios críticos sobre la obra de Matutes, Sampedro, Vicente
Aleixandre o Vicente Blasco Ibáñez. Se jubiló como catedrático de Lengua y
Literatura Españolas en el instituto El Clot de Valencia en 2005. Deja una
larga estela de libros, alumnos y amigos.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Certamen Literario "Villa de Ágreda"

Nos ponemos en contacto con usted para informarle acerca del I Certamen Literario "Villa de Ágreda" que tiene como tema al MONCAYO y que tiene como premio la cantidad de 1.000€.

 

Adjuntamos cartel y bases del Certamen y recordamos que la fecha límite de presentación de trabajos es el día 2 de Noviembre de 2012.

 

Por favor, difundan este Certamen entre sus conocidos…

Eugenia Rico, creadora de vidas y magia

Desde que leí tu primera novela supe que seguiría leyendo todo lo
que escribieras.
en mi imaginación tu figura es la de una joven que apenas ha dejado atrás la
adolescencia, alta sin ser demasiado alta y delgada sin llegar a estar en
los huesos. tus ojos son los ojos verdes más intensos y tu pelo la melena
pelirroja de las mujeres que te sirven de modelo.
Primero es el trasunto de una ausencia, el relato de una búsqueda,
un descenso a los infiernos para rescatar al ser amado. Es una historia de
amor, aunque sea la historia de un amor diferente.
Unas veces te sueño bañándote en un río de aguas transparentes en
una mañana clara; otras veces es en el mar, dejándote envolver por las olas
mansas o encrespadas.
Nos propones un grito de esperanza por la paz en un país que se
enfrenta a una guerra que lo desgarra, un viaje iniciático para descubrir un
mundo vetado a los ojos de los occidentales.
Las luces y las sombras se ablandan en tus manos, y no sabemos si
vivimos o soñamos, si el tiempo es un fenómeno diario o un espejismo humano.
Un grupo de jóvenes vivieron el sueño idílico de un mundo que ha
abolido las fronteras y la lucha de clases, pero alguien muere y los demás
no podemos vivir sin explicarnos el misterio.
Tu cara es la cara serena de quien tiene veinte años y guarda
sabidurías milenarias.
Intenta cambiar su destino buscando refugio físico en un pueblo
junto al mar, y se siente envuelta en una leyenda ancestral que puede hablar
de su propia vida repetida a lo largo de la historia.
La noche blanca, En el país de las vacas sin ojos, El otoño alemán,
Aunque seamos malditas,... ¿Quién puede conocer los mundos mágicos que creas
en tus libros y no sumergirse en ellos?
Todavía estoy deslumbrado por la vida de Ainur y Selene, que acabas
de revivirme en mi lectura más reciente. será por eso por lo que te imagino
joven y sabia, ojos verdes y melena pelirroja, resolutiva y desprejuiciada.
No importa si es sólo la imagen que me llega desprendida de tu obra.

martes, 11 de septiembre de 2012

espectativas ante el fin de una novela

Me quedan 50 páginas para terminar La falta, de Paula izquierdo, y sigo manteniendo varias posibilidades de solución del argumento. desde el principio me planteé si el título orientaría sobre la opinión de la autora o se trataría, más bien, de un punto referencial artificioso para fijar la atención del lector en un sentido diferente que iría trasladándose a su lugar definitivo a medida que avanza la trama y la exposición de las ideas principales que motivan la escritura de una obra en forma de novela.
La elección de la palabra que constituye el título puede ser en sí misma una dualidad premeditada, y empiezo a sospechar que La Falta no alude al sentimiento de un acto incorrecto que causa la conciencia de culpabilidad sino, en otro sentido muy distinto, al hecho de la ausencia de una de las figuras literarias que forman el coprotagonismo de la obra junto con el personaje que aparece en primer plano. De este modo no se trata de que nadie se sienta culpable sino de que alguien sufre la marcha, el desprendimiento definitivo del personaje que siempre tuvo junto a él sin ser consciente de la fuerte unión que existía entre ellos, hasta el extremo de llegar a ser casi la doble identidad de un mismo ser único.
    Quedan más cosas, manejadas como símbolos: la casa de la playa es el refugio; el sur es el paraíso; el mar es la vida.
¿Y las figuras femeninas? Me quedan 50 páginas, y serán imprescindibles para interpretarlas. La casa, el paraíso y la vida deberían embocarnos hacia algún tipo de árbol cargado de manzanas, aunque puede adoptar la contorsión más inesperada. tal vez una cama.

lunes, 10 de septiembre de 2012

La casa de cossío y la novela Peñas Arriba, de Pereda

Si tienes la oportunidad de visitar la casa del escritor José María de cossío, en las estribaciones montañesas que separan las provincia de cantabria y Palencia en el norte de España, yo te recomiendo que no dejes de hacerlo porque saldrás de ella con la sensación de haber hecho un viaje en el tiempo, disfrutando del placer de sentirte descargado del estrés diario, de todas las intrigas y controversias estúpidas que nos asedian en nuestro trabajo, al salir a la calle por la mañana, al comprar comida en el supermercado y descubrir que no está al precio que la habíamos encontrado la semana pasada.
La casa de José María cossío es un caserón de hace casi trecientos años, que construyó un indiano de aquellos aldeanos que se iban a hacer las américas y volvía con la necesidad de proclamar a todos que se habían hecho millonarios.
    Los avatares de las corruptelas políticas, que ya existían en aquella época, quisieron que acudiesen a ella el escritor José María de pereda, que se presentaba "a cortes" por el partido conservador y buscaba el apoyo de todos los caciques de su demarcación. Pero dejando esta circunstancia a un lado, se quedó tan satisfecho del trato recibido y llegó a conocer con tanto detalle la relación entre el dueño de la casa y los vecinos del pueblo de tudanca en que se asentaba, que se inspiró en ella para escribir una de sus principales novelas, a la que tituló Peñas arriba sin duda por lo escarpado del terreno y las dificultades para llegar hasta allí que tuvo que soportar, probablemente a caballo tal como se describe en el primer capítulo de su obra.
 
Si tenemos la oportunidad de visitar la Casa-Museo de José María de cossío, nos conviene leer antes la obra de Pereda, y si así lo hacemos tendremos la oportunidad de experimentar el reconocimiento de cada uno de los rincones y detalles que aparecen en la novela y se han conservado a lo largo de todo este tiempo. El portón de entrada, los espacios dedicados a cuadras reconvertidos ahora en sala de exposiciones de los fondos literarios que guarda, el cocinón situado en la parte alta donde se reunía el señor de la casa con los vecinos del pueblo y con la servidumbre, las ventanas por donde se vislumbra como en aquel tiempo las altas montañas tomadas por los osos y el estruendo del río Nansa que se desploma, o desplomaba, cayendo de peña en peña. en una de las habitaciones, la más resguardada, pueden verse todavía la caja de caudales encastrada en la pared que podemos ver en la novela.
 
si tienes la oportunidad de visitar la Casa de José María de Cossío, en el pueblo cántabro de Tudanca al que Pereda llama tablanca en una modificación mínima del nombre, tendrás la impresión de haber hecho un viaje en el tiempo. sobre todo si has leído antes Peñas arriba, de José María de pereda.
 

viernes, 7 de septiembre de 2012

He descubierto a Paula Izquierdo

Hace una semana tuve dos libros en las manos y no supe por cuál decidirme. Lo que hice fue leer el primero capítulo del uno y después del otro, y así empecé antes el que ocupó el segundo lugar y dejé para un momento que me pareciese más propicio el primero de ellos.
A veces es una intuición lo que decanta nuestro ánimo en un sentido o en otro, pero en aquella ocasión fue el estado de mi predisposición que me aconsejaba internarme en un mundo rico en imágenes y argumentos y posponer la otra opción por considerar la densidad del tema propuesto con una intensidad y una exigencia reflexiva para las que entonces que prefería dejar para más adelante.
    La obra se titula La falta, y después de leer las cien primeras páginas sin moverme de la silla, estoy convencido de estar ante una gran novela, y no tanto por su extensión como por su argumento, la caracterización de sus personajes y la estructura literaria elegida muy inteligentemente.
Psicológica y social, son las dos palabras que pueden definir lo que vamos a encontrarnos en La falta, de Paula Izquerdo, apta para todos aquellos a quienes les guste la buena literatura, aunque exija de nosotros una tención constante y un plantearse por el sentido de la vida en toda la multiplicidad del espectro que esta palabra abarca.
 

jueves, 6 de septiembre de 2012

Juan José Millás

conozco personas a quienes les gusta juan José Millás más que ningún otro escritor, y algunas otras que consideran que es mucho mayor su prestigio popular que su calidad literaria.
Yo no sabría con cuál de los dos grupos formar parte, y probablemente optaría por un tercero, no sé si más numeroso que los otros dos juntos o si, por el contrario, estaría constituido por mí mismo solo, en funciones de presidente y de único militante.
tengo que confesar, es de ley, que el primer libro que leí suyo me dejó deslumbrado pensé que para siempre, pero al leer varios de los siguientes suyos, un día me desperté con la impresión de que siempre estaba leyendo el mismo libro y que los cambios de título y de argumento inmediato, era solo una apariencia vana, parecida a la que adoptamos al disfrazarnos o embutirnos en un disfraz. Los demás nos ven distintos, pero nosotros seguimos siendo los mismo, como los libros de juan José Millás. ¿No te pasa a ti igual?
 

miércoles, 18 de julio de 2012

Suspensión indefinida de la actividad del blog

 

  Es posible que haya transcurrido poco tiempo pero en estos seis meses el número de visitantes diferentes del blog ha sido realmente pequeño, y probablemente la causa sea la existencia de muchos otros sitios que tratan el mismo tema en Internet, perdiendo en buena medida el sentido de utilidad  que quisimos que tuviera desde el primer momento.

  Vamos a concedernos un período de reflexión durante el que nos plantearemos un nuevo enfoque, o tal vez un foro distinto donde continuar fomentando la lectura. Asta ese momento suspendemos la actualización del blog, agradeciendo de corazón la fidelidad de los que os habéis interesado por nuestra actividad en este tiempo. Muchas gracias de verdad.

viernes, 1 de junio de 2012

En junio podemos leer La soledad de los números primos, de Paolo Giordano

Los motivos por los que decidimos leer un libro pueden ser muchos.
Unas veces nos dejamos influir por la información de los medios de
comunicación o los distribuidores editoriales. Algunas veces son ellos los
que nos alen al encuentro, mirándonos desde el escaparate de una librería,
dejado a propósito en un parque para que otro lector lo recoja, o incluso en
una feria de libros que visitamos con la única intención de recrearnos
sintiéndonos rodeados de libros.
Los mejores son los que nos recomiendan los amigos que conocen
nuestro criterio y nosotros conocemos el suyo, y es así como ha llegado a
nosotros La soledad de los números primos, de Paolo Giordano, que vamos a
leer en el taller durante el mes de junio.
Nos encontramos ante la primera novela de un escritor de 26 años que ha
alcanzado un éxito de ventas millonario y está traducido a una veintena de
idiomas.
El argumento es a la vez sencillo y profundo. Apoyándose en la
metáfora de las parejas de los números primos que están separados por un
sólo número par, el autor nos permite conocer la vida cotidiana de dos seres
especialmente sensibles, Mattia y Alice, atrapados cada uno en sus
circunstancias individuales que evolucionan de forma paralela y cercana,
como los números primos gemelos, sintiéndose próximos y separados al mismo
tiempo.
Escrito en capítulos cortos de fácil lectura, es uno de esos libros
que nos enganchan desde la primera página y no podemos abandonarlo hasta
devorar las 280 que forman la obra.
Paolo Giordano nos habla de la soledad individual, de la incomunicación
social, de nosotros mismos, de nuestro ser más íntimo que entrevemos
reflejado en cada página, en cada episodio, en cada rasgo de sensibilidad
que desborda este libro extraordinario y entrañable.

martes, 15 de mayo de 2012

En mayo podemos leer La moneda de Favila, Dux cántabri

En el mes de mayo estamos leyendo dos libros de escritores cántabros, uno
que podemos llamar clásico, como lo es José María de Pereda, y otro
perteneciente a los autores actuales que están escribiendo hoy en Cantabria,
Jesús Rodríguez Leal, que va por su tercera novela y mantiene en plenitud de
facultades su inagotable capacidad creadora.
De Pereda hemos escogido Peñas arriba, tal vez una de sus obras de mayor
popularidad, que representa el arquetipo de un tipo de personaje
tradicional, el de la hidalguía enraizada en el pueblo y protectora de sus
habitantes. Plantea el problema de la sucesión de la autoridad de la nobleza
en caso de la ausencia de descendencia directa.
Respecto a Jesús Rodriguez Leal leímos en su momento su primera
obra, El viaje de Kanto, y nos satisface comprobar que sus siguientes
títulos forman parte de un mismo proyecto de trabajo en lo que constituye
una trilogía bien planificada y nos permite imaginar que sus próximas
publicaciones tengan el mismo nexo de unión con las que conocemos.
Tras El arco del druida, su segunda entrega, leemos este mes La
moneda de Favila, dux cantabri, en la que una pareja de jóvenes estudiantes
de Historia nos va mostrando el doble crisol histórico y cultural de los
pobladores de Cantabria.
Tenemos, pues, entre las manos una novela de estilo histórico y de
viajes en el que el autor nos va mostrando la ciudad romana de Julióbriga,
próxima a la actual Reinosa al mismo tiempo que se desarrollan en un segundo
plano las luchas de los visigodos en sus embates por la conquista de los
últimos bastiones de la península.
Peñas arriba y La moneda de Favila, Dux cántabri, son dos
sugerencias de lectura que proponemos en este mes de mayo, que pueden ser
tenidas en cuenta indistintamente, o incluso leer las dos en el caso de
disfrutar del tiempo suficiente para hacerlo. Nos alegraremos de ello.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Nuestra tertulia sobre El perro de terracota, de Andrea Camilleri

En términos generales la obra no ha despertado el entusiasmo de los
participantes del taller que suele despertar la selección de nuestras
lecturas preferidas. El fenómeno tiene a pesar de todo aspectos positivos,
como es el hecho de que a lo largo de estos doce años los participantes en
el taller hemos alcanzado un criterio definido que nos permite seleccionar
cualitativamente el tipo de literatura que nos gusta, distinguiendo los
títulos y los autores con los que más nos identificamos entre un gran
listado de obras.
Las razones que se van argumentando en el discurso de las sucesivas
intervenciones de los tertulianos sobre el perro de terracota se refieren a
la dificultad de hacer el seguimiento de sus numerosos personajes y el
desarrollo de múltiples líneas argumentales en paralelo.
Isabel ha leído varios de los libros de Andrea camilleri, pero reconoce
que dentro de la novela policíaca le resulta de más fácil lectura Agata
Christie con independencia de valorar la calidad de la literatura de uno y
otro.
Santiago considera que la dificultad procede de que el autor se apoya en
la trasposición de una argumento mitológico que va desvelándose
progresivamente y el lector que lo desconoce tiene que hacer un esfuerzo
añadido para ir encajándolo en la trama.
La tertulia entra en un bucle de razonamientos que se repiten y se
reiteran en boca de los asistentes, remarcando la unanimidad de
planteamientos y poniendo de manifiesto que la obra que hemos leído en el
mes de abril se distancia mucho de las que hemos venido leyendo en otros
meses.

jueves, 26 de abril de 2012

Una semblanza de andrea camilleri

 

 

Nuestro colaborador José Mas nos manda este artículo en torno al escritor Andrea camilleri y su obra. dice lo siguiente:

 

Nació en Sicilia, en 1925. Es profesor de arte dramático, guionista y director teatral. Se inicia ya tarde en la novela, pero su éxito es fulminante. Así como Simenon tuvo el acierto de crear al inspector Maigret y Conan Doyle a su Sherlock Holmes, Camilleri supo dar vida en una serie de novelas al comisario Montalbano, llamado así en homenaje al escritor español Manuel Vázquez Montalbán.

Además del Perro de terracota, Camilleri es autor de La forma del agua, El olor de la noche y El beso de la sirena.

El comisario Montalbano es un ser perspicaz que descubre las tramas criminales más enrevesadas a base de leves indicios; actúa como un equilibrista que hace sus ejercicios más arriesgados en el aire y sin red que ampare su caída. Es muy curioso y original que una vez descubre quién es el criminal y cuál es la red de intereses que lo ha movido a cometer el crimen, se empeñe, no en hacer brillar la verdad, sino en destruir o en ignorar las pruebas. Tal sucede en La forma del agua: Montalbano averigua la vida corrompida de un político y de su amigo el abogado Rizo. Pero a medida que va sabiendo más cosas, se da cuenta también de que si él intenta poner al desnudo la verdad van a caer al mismo tiempo personas inocentes que no tienen una buena coartada.

La extraña conclusión de la investigación policíaca es que la verdad no tiene forma,

como el agua que toma su forma del recipiente que la contiene.

Los objetos tienen papel relevante en la marcha de los acontecimientos; un collar de diamantes en forma de corazón y una llamada telefónica ponen en funcionamiento  la trama novelesca; unos vestidos y un bolso de mujer, pruebas falsas contra Ingrid, ponen término a la investigación.          

En El olor de la noche Montalbano investiga la desaparición misteriosa de un financiero que ha hecho rápida fortuna aprovechándose de la ignorancia y la mala fe de modestos inversores. ¡Como hoy en día, por desgracia! Lo nuevo es que él huele el crimen a través de un olor peculiar: un olor a fruta podrida; y al descubrir el cadáver y los móviles del asesinato, el olor de la noche se transforma en olor a hierba tierna, a verbena y a albahaca. Al final de su investigación, Montalbano tiene la certeza de estar viviendo unos hechos ya vividos; mejor dicho: ya leídos. Porque  se sabe, de repente, personaje de un relato del novelista norteamericano William Faulkner; el titulado Una rosa para Emilia.

Andrea Camilleri sitúa la acción de sus  novelas en Vigáta, ciudad imaginaria de Sicilia, donde dominan la corrupción y las luchas intestinas propias de la mafia.

En la obra de Camilleri podemos encontrar de todo: desde el humor más desenfadado al más corrosivo, desde el amor al erotismo. A unos lectores les gustará más que a otros la obra de Camilleri, lo que es seguro es que nadie puede aburrirse  leyendo cualquiera de sus novelas.   

 

 

                                                José Mas.

 

sábado, 21 de abril de 2012

extracto de la tertulia sobre La fortuna de Matilda turpin

La lectura de La fortuna de Matilda Turpin, de Álvaro Pombo, ha
despertado un interés extraordinario en los miembros del taller, dándose el
caso de que varios de ellos han leído el libro dos veces en un mes, incluso
tomando notas, y hablan de él como de un verdadero descubrimiento literario.

Las intervenciones se van sucediendo casi precipitadamente, entrecruzándose
los comentarios y queriendo expresar su opinión en el momento exacto del
debate que les parece más adecuado para introducir su aportación personal.
Manuel encuentra semejanzas en la narración de Álvaro Pombo con la forma de
escribir de José Luis Sampedro. El personaje de Matilda influye en el
funcionamiento del clan familiar y su muerte descompone la armonía de todos.
El final le parece mal resuelto y cree que debería explicar de forma más
clara el desenlace del matrimonio de los trabajadores de la casa. Los
nombres atribuidos a los distintos lugares desorientan un poco hasta que el
lector descubre que son ficticios y que corresponden a localizaciones que se
evita aludir por sus nombres reales. Josefina y dos o tres más comentan su
impresión inicial sobre la relación entre Matilda y Emilia, llegando a
sospechar que guardaba cierta ambiguuedad que se esclarece al adentrarse en
la lectura de la obra. Dolores considera que Pombo plantea el tema
de la liberación sexual y sobre todo el de la mujer, que en este caso se
realiza con la aceptación de su marido y el apoyo de una compañera de
trabajo a quien contrata como empleada de hogar condicionada por la amistad
íntima que existe entre las dos. A medida que van sucediéndose las
intervenciones de unos y otros, los siguientes procuran no repetirse y
aportar algo diferente de lo dicho por los demás. Celestina cree que
Antonio y Emilia pierden su sensación de seguridad en la casa al sufrir la
ausencia de Matilda, y sienten los celos de descubrirse prescindibles hasta
caer ella en una depresión sin retorno y él en la determinación de renunciar
a su posición y sus derechos adquiridos como empleados domésticos.
Maite destaca la capacidad de la representación visual del autor que hace
que el lector se sienta trasladado a los lugares descritos. Fernando es la
representación del complejo de Electra y reivindica a Juan Campos el derecho
al amor de padre que le faltó en la infancia. Juan es egoísta, pero está
llamado a ser el único personaje que no ador a Matilda, que consigue
frustrar el cadáver que sigue en la casa después de su muerte.

miércoles, 18 de abril de 2012

Lo que dice Maite sobre la fortuna de Matilda Turpin.

Este comentario de opinión es objetivo y personal respetando siempre los
comentarios de los distintos componentes de la adtividad del taller del
libro.
El merecido premio Planeta a la novela de don Álvaro Pombo en ésta
concretamente, guarda parecido a un clásico de la tragedia griega,
pudiéndose dividir en tres partes, argumento, trama y desenlace.
A mi entender la novela sería una firme candidata a la censura de tiempos
ha. Así mismo, digna de una interpretación escénica del arte dramático y del
séptimo arte.
El escritor refleja en sus personajes los instintos básicos de dudosa
moral y drama familiar. Narra constantemente el lugar y el anviente
tétrico a la trama que sucede dentro de la casa.
En el desenlace se despiertan complejos froydianos dando lugar al vicio,
rencor, egoísmos desatados y fracasos que destruyen la dignidad personal
arrastrándolos a un camino de vida sin retorno.

Maite Prego Dorca

lunes, 9 de abril de 2012

Comentario de brígida sobre La fortuna de matilda turpin

Copiamos la aportación de nuestra antigua compañera, lleva ya participando
con nosotros más de cuatro años, en relación con la lectura del libro que
seleccionamos en marzo. Dice así:


Álvaro Pombo nos cuenta una historia de la vida cotidiana, nada sorprendente
en el ambiente de los años en que la sitúa.
Al parecer, aquí no pasa nada, Un eminente profesor de filosofía , una mujer
de negocios, inteligente y calculadora, que ha sabido rodearse de
colaboradores, a los que remunera bien en lo económico y asegura su
fidelidad concediéndoles un lugar en el círculo más íntimo de sus
amistades.
Personaje a personaje, todos son gente corriente, como todos somos; es el
autor, el que se mete en el INTERIOR de cada uno y nos Pone de relieve con
el detallado monólogo que se desarrolla en el corazón humano, el que hace
que cada sujeto sea especial, como especiales somos todos, si analizaran
nueStras conductas y sus porqués.
Matilda, que da nombre a la novela, descrita por el autor con tan excelsas
virtudes, que llegan a ser cargantes. (en mi respetuosa OPINIÓN)
Juan, el protagonista, un intelectual que vive al margen de su entorno
familiar, y con una actitud muy de la clase alta, se hace el ciego ante la
homosexualidad del hijo que, hombre de este tiempo, está dispuesto a
proclamar su naturaleza sin ningún recato.
Jacobo, otro ejemplo de la sociedad actual, sin lazos afectivos, inmerso en
la vida de relajamiento que da el dinero, y que no está dispuesto a seguir
sendo cornudo, ahora que puede fastidiar a su mujer.
Andrea, una clásica madre de familiares la que sale mejor parada porque
apenas si se la nombra un par de veces, no obstante, en las exequias de los
amigos asalariados, tiene un rasgo de humanidad al poner sus nombres en la
lápida del cementerio, pensando en que otras personas, no ella, Irán a
ponerles flores...
Fernando, un ser marcado por su homosexualidad, que lo abandona todo por la
inclinación que siente hacia el amigo.
La vida de todos ellos está dañada a causa de la fortuna de Matilda, que les
asegura una vida sin esfuerzos ni sacrificios.
Los amigos incondicionales, Emilia y Antonio, son una especie a extinguir.
Ni pagándoles espléndidamente se cultiva hoy esa especie humana. A mi
parecer, exagerada la admiración y sumisión de esta pareja. Su suicidio, una
sorpresa, que dada la negación de si mismos, que tenían, y ante la amenaza
de la enfermedad de Emilia, no estuvo mal en la novela; pero en la realidad,
tenían muchos caminos por delante.
En cuanto a la esposa incestuosa y adúltera, ¿qué se podía esperar? una
joven mariposeando toda la vida, sin hacer nada de provecho, y respaldada
con la "fortuna de Matilda ". Si no se hubiese enredado con Juan, lo hubiese
hecho con otro.

Quedo maravillada del conocimiento del alma humana, de que hace gala el
autor, y de la paciencia de machacar, una y otra vez sobre los mismos
sentimientos, tal como en la realidad sucede, que damos una y mil vueltas a
la misma cosa durante días, semanas o meses. Esto que en la realidad es así,
en las páginas de un libro, a mí me ha resultado pesado. Pero eso
precisamente es el mérito de la novela, el entrar una y mil veces en la
mente y el corazón de los personajes, en sus distintos estados de ánimo y
mostrarnos sus diversas reacciones y los impulsos que originan sus
comportamientos

Brígida Rivas Ordóñez

alicante, 2 de abril de 2012

jueves, 5 de abril de 2012

LA FORTUNA DE MATILDA TURPIN: EL DRAMATISMO DE LA INFELICIDAD

copiamos el comentario de la novela que nos ha mandado luis clemente, a quien agradecemos su magnífica aportación a nuestro taller. dice así:

 

 

"La fortuna de Matilda Turpin", al igual que otras novelas, refleja el tema tan recurrente en la literatura como es el dramatismo de la infelicidad.  La originalidad en este caso, quizá estribe en que se articule a través de un personaje ciertamente odioso: el profesor de Filosofía.

En efecto, en sus páginas se dibuja un Juan Campos (el profesor) vacío de valores éticos y, por tanto,  letal para quien lo rodea, y que con las tretas al uso en estos menesteres y el verbo melifluo, viene a enseñarnos que la Filosofía es esa ciencia que estudia lo que todo el mundo sabe, pero con palabras que nadie las entiende.  De tal manera esto es así, que me da la impresión que esas reflexiones que pretenden ser de pensamiento elevado, están dispuestas de tal forma en la novela para que el lector las lea simplemente por el hecho de que haya que leerlas, pero sin ningún ánimo de aprehenderlas (con hache intercalada), es decir, que nos da a ver lo vacuo de las palabras de quienes intentan volvernos del revés. (No deja de ser esta impresión mía una paradoja, vamos, un sarcasmo, al no ser sólo filósofo el autor, Álvaro Pombo, sino también José Antonio Marina, persona a quien va dedicada la novela)

Es curioso ver cómo con artes sibilinas, este profesor de Filosofía consigue  atraer a sus redes a unos personajes inocentes hasta destrozarlos. El primero de ellos es su propia esposa, Matilda Turpin, una mujer de fuerte personalidad, emprendedora y sentimental, que ama a su marido  hasta que el cáncer la está royendo, instante en el que descubre que es un farsante. Luego, también arrasa con su hijo Fernando, a quien, entre dimes y diretes, parece apartarse de él cuando éste le descubre su homosexualidad. Antonio, algo más que un mayordomo al uso, más bien podría decirse que se trata del criado moldeado por el propio Antonio, es otra de las víctimas. Quizá sea éste junto a su esposa, el más damnificado por la impiedad de Juan Campos, aunque aparezca al final de la novela Angélica, la nuera con la que mantiene relaciones incestuosas, como ese personaje por el que el lector siente verdadera lástima al encarnar a la mujer que ha sucumbido ante el engaño y el egoísmo.

Pero por encima de ese plano al nivel del campo personal, existe otro más elevado que también ayuda a la consunción de los hechos: la naturaleza cántabra. Así, la lluvia pertinaz, la exuberancia selvática del jardín, los acantilados y la cueva a pie de mar, parecen guiar a todos los personajes hasta su destino.

En definitiva, una novela bien armada en cuanto a la estructura de sus personajes y significado, en donde el lector puede sacar conclusiones de pensamiento simplemente analizando los hechos que se relatan, tal cual, sin necesidad de acudir a elementos de medida más afinados, como son los filosóficos al uso que se vierten en sus páginas.

Para el final, quiero recabar que tanto el carácter del profesor de Filosofía como su forma de vestir, de actuar y de emplear un lenguaje falso y remilgado, recuerdan mis tiempos de bachiller donde todos los alumnos sufríamos una asignatura que sólo servía para cumplimentar simplemente una nota.

             Luis Clemente.

 

 

martes, 3 de abril de 2012

en abril podemos leer: el perro de terracota, de Andrea Camilleri

cada vez estamos recibiendo más visitas de personas aficionadas a la lectura de todo el mundo, y también mensajes personales con aportaciones y sugerencias siempre bien venidas, y hasta los primeros comentarios bien estructurados hechos sobre los libros que vamos leyendo. Iremos incorporándolos al blog en los próximos días para enriquecimiento de todos.
 
En este mes de abril hemos seleccionado una novela del escritor italiano Andrea Camilleri de su serie protagonizado por el inspector Salvo Montalbano, que cada vez va siendo más conocido en nuestro país por lo ameno de su lectura y el ingenio que derrochan sus páginas.
    Ponemos aquí, a modo de acercamiento un extracto de lo que leemos en la wikipedia sobre este prolífico autor, que tan buen sabor de boca dejará a cuantos se animen y nos animemos a asistir en compañía de Montalbano a cualquiera de sus fantásticas aventuras:
 
Andrea Camilleri nació en Porto Empedocle, Sicilia, el 6 de septiembre de 1925). Entre 1939 y 1943 estudia en el bachiller clásico Empedocle di Agrigento donde obtiene, en la segunda mitad de 1943, el diploma. En 1944 se inscribe en la facultad de Letras, no continúa los estudios, sino que comienza a publicar cuentos y poesías. Se inscribe también en el Partido Comunista Italiano.
 
Entre 1948 y 1950 estudia Dirección en la Academia de Arte Dramático Silvio d'Amico y comienza a trabajar como director y libretista. En estos años, y hasta 1945, publica cuentos y poesías, ganando el "Premio St. Vincent".
 
En 1954 participa con éxito a un concurso para ser funcionario en la RAI, pero no fue empleado por su condición de comunista. Sin embargo, entrará a la RAI algunos años más tarde.
 
En 1957 se casa con Rosetta Dello Siesto, con quien tendrá 3 hijas. En 1958 empieza a enseñar en el Centro Experimental de Cinematografía de Roma. Durante cuarenta años fue guionista y director de teatro y televisión. Camilleri se inició con una serie de montajes de obras de Luigi Pirandello, Eugène Ionesco, T. S. Eliot y Samuel Beckett para el teatro y como productor y coguionista de la serie del inspector Maigret de Simenon para la televisión italiana o las aventuras del teniente Sheridan, que se hicieron muy populares en Italia.
 
En 1978, debuta en la narrativa con El curso de las cosas ("Il corso delle cose"), escrito 10 años antes y publicado por un editor pagado: el libro fue un fracaso.
 
En 1980 publica en Garzanti Un hilo de humo ("Un filo di fumo"), primer libro de una serie de novelas ambientadas en la ciudad imaginaria siciliana de Vigàta, entre fines del siglo XIX e inicios del siglo XX.
 
En 1992 retoma la escritura luego de 12 años de pausa y publica La temporada de caza ("La stagione della caccia") en Sellerio Editore: Camilleri se transforma en un autor de gran éxito y sus libros, con sucesivas reediciones, venden un promedio de 60.000 mil copias cada uno.
 
En 1994 se publica La forma del agua ("La forma dell'acqua"), primera novela de la serie protagonizada por el Comisario Montalbano (nombre elegido como homenaje al escritor español Manuel Vázquez Montalbán). Gracias a esta serie de novelas policiacas, el autor se convierte en uno de los escritores de más éxito de su país. El personaje pasa a ser un héroe nacional en Italia y ha protagonizado una serie de televisión supervisada por su creador.
 
 

viernes, 30 de marzo de 2012

El espejismo del espejo azogado

Nno conozco a Alvaro Pombo en el terreno personal lo suficiente para afirmar
que La fortuna de Matilda Turpin sea un fiel reflejo de su experiencia vital
ni siquiera en el sentido más amplio del término.

Tengo esa sospecha observando la construcción psicológica de dos de los
personajes de la obra. Me refiero a la figura del padre, Juan Campos, y a la
de su hijo Fernando. El otro de sus hijos, así como su hija y su yerno son
personajes que podíamos considerar secundarios.

Por su parte, Antonio Vega y Emilia son el objeto sobre los que recaen las
consecuencias de la personalidad más inconfesable del profesor de filosofía.

El personaje de Matilda Turpin ocupa todos los espacios al modo que lo ace
Rebeca en la obra de Daphne du Maurier, ejerciendo su influencia desde la
primera página hasta la última a tavés del acío que dejó en todos su
ausencia.

Observando la forma en que se muestran al lector los dos personajes
principales a los que queremos referirnos, el del padre y el del hijo,
tenemos la impresión que detrás de ellos elautor quiere decirnos algo, y
quiere mostrarnos un modo distinto de interpretar la vida y a nosotros
mismos como miembros activos y miembros pasivos de ella.

Nuestras tentativas de identificar al autor con el uno o con el otro se ven
frustradas por falta de la información precisa. No descartamos tampoco,
desde luego, que sean dos arquetipos literarios creados con el fin de
justificar o pedir cuentas a través de ellos un ideario de vida con el que
podemos o no estar de acuerdo, pero que nunca nos deja indiferentes.

viernes, 23 de marzo de 2012

Álvaro Pombo, una persona de trato exquisito y verbo cálido.

Le conocí en Santander una mañana de principios de mayo que llovía con
fuerza y soplaba el viento del norte. Visitábamos la Feria del Libro que
suele celebrarse en esa temporada del año, y Alvaro Pombo estaba siendo el
escritor invitado de la misma, pronunciando el pregón de su inauguración y
apoyándola con su presencia continuada.
Santander es para Alvaro Pombo una ciudad con la que se siente muy
identificado. Nació en Santander en 1939, y en Santander se encuentra
radicada su familia desde hace generaciones enteras disfrutando del
prestigio social de los apellidos que an adquirido popularidad y renombre
con el paso del tiempo.

La lluvia azotaba la carpa que cobijaba los stands contra las inclemencias,
y las pocas personas que había allí en lugar de estar por interesarles los
libros lo hacían para refugiarse del agua bajo la mirada comprensiva del
escritor, que permanecía sentado a la espera de algún lector interesado en
que le firmara un libro.
Yo le había oído hablar alguna vez por radio, y me había llamado la
atención su conversación amena, su dominio del lenguaje y su capacidad para
cautivar al oyente suspendido en la atracción de su voz serena y sus
palabras magnéticas. Por entonces había leído pocos libros suyos, creo que
sólo El héroe de las mansardas de Mansard, Donde las mujeres y La cuadratura
del círculo, y en todos ellos había encontrado algo que me gustaba y algo
que no tanto, pero decidí acercarme para decirle que había leído algunas de
sus obras y agradecerle la publicidad que hacía de nuestra ciudad cuando
intervenía en entrevistas y tertulias en los medios de comunicación.
Algunas veces, cuando estamos con alguien de quien sólo tenemos
referencias por ser una persona conocida, nos sentimos decepcionados
esperando que fuese más alto, más elegante o le acompañasen virtudes
excepcionales que no se ven contrastadas con la realidad del contacto
cercano. A mí me pasó lo contrario, y desde el primer momento tuve la
impresión de encontrarme delante de una persona atenta y amable. Digo atenta
porque me prestaba atención como si para él en ese momento fuera lo más
importante del mundo, y digo amable porque era exquisito en la forma de
escuchar lo que le decía y escoger las palabras más cordiales para
contestarme.
Le pregunté por su próximo libro, y me dijo que también lo situaría en su
tierra, aunque seguramente daría nombres supuestos a los distintos enclaves
y las referencias a la ciudad de Santander las haría con algún nombre creado
a propósito.
He recordado esta anécdota al leer La fortuna de Matilda Turpin,
reconociendo en sus páginas algunas de las playas de nuestra costa, algunos
pueblos y, de forma muy concreta, la ciudad de Santander bajo el nombre de
Letona. Probablemente él no me habló nunca de esta novela y tal vez de
ninguna otra en concreto, pero a mí me gusta pensar que así fue, y al releer
La fortuna de matilda Turpin, el libro seleccionado en el taller para este
mes de marzo, me ha venido a la memoria el día que pude saludar
personalmente a Alvaro Pombo en la Feria del Libro de primavera y me dejó
tan buen recuerdo.