lunes, 9 de abril de 2012

Comentario de brígida sobre La fortuna de matilda turpin

Copiamos la aportación de nuestra antigua compañera, lleva ya participando
con nosotros más de cuatro años, en relación con la lectura del libro que
seleccionamos en marzo. Dice así:


Álvaro Pombo nos cuenta una historia de la vida cotidiana, nada sorprendente
en el ambiente de los años en que la sitúa.
Al parecer, aquí no pasa nada, Un eminente profesor de filosofía , una mujer
de negocios, inteligente y calculadora, que ha sabido rodearse de
colaboradores, a los que remunera bien en lo económico y asegura su
fidelidad concediéndoles un lugar en el círculo más íntimo de sus
amistades.
Personaje a personaje, todos son gente corriente, como todos somos; es el
autor, el que se mete en el INTERIOR de cada uno y nos Pone de relieve con
el detallado monólogo que se desarrolla en el corazón humano, el que hace
que cada sujeto sea especial, como especiales somos todos, si analizaran
nueStras conductas y sus porqués.
Matilda, que da nombre a la novela, descrita por el autor con tan excelsas
virtudes, que llegan a ser cargantes. (en mi respetuosa OPINIÓN)
Juan, el protagonista, un intelectual que vive al margen de su entorno
familiar, y con una actitud muy de la clase alta, se hace el ciego ante la
homosexualidad del hijo que, hombre de este tiempo, está dispuesto a
proclamar su naturaleza sin ningún recato.
Jacobo, otro ejemplo de la sociedad actual, sin lazos afectivos, inmerso en
la vida de relajamiento que da el dinero, y que no está dispuesto a seguir
sendo cornudo, ahora que puede fastidiar a su mujer.
Andrea, una clásica madre de familiares la que sale mejor parada porque
apenas si se la nombra un par de veces, no obstante, en las exequias de los
amigos asalariados, tiene un rasgo de humanidad al poner sus nombres en la
lápida del cementerio, pensando en que otras personas, no ella, Irán a
ponerles flores...
Fernando, un ser marcado por su homosexualidad, que lo abandona todo por la
inclinación que siente hacia el amigo.
La vida de todos ellos está dañada a causa de la fortuna de Matilda, que les
asegura una vida sin esfuerzos ni sacrificios.
Los amigos incondicionales, Emilia y Antonio, son una especie a extinguir.
Ni pagándoles espléndidamente se cultiva hoy esa especie humana. A mi
parecer, exagerada la admiración y sumisión de esta pareja. Su suicidio, una
sorpresa, que dada la negación de si mismos, que tenían, y ante la amenaza
de la enfermedad de Emilia, no estuvo mal en la novela; pero en la realidad,
tenían muchos caminos por delante.
En cuanto a la esposa incestuosa y adúltera, ¿qué se podía esperar? una
joven mariposeando toda la vida, sin hacer nada de provecho, y respaldada
con la "fortuna de Matilda ". Si no se hubiese enredado con Juan, lo hubiese
hecho con otro.

Quedo maravillada del conocimiento del alma humana, de que hace gala el
autor, y de la paciencia de machacar, una y otra vez sobre los mismos
sentimientos, tal como en la realidad sucede, que damos una y mil vueltas a
la misma cosa durante días, semanas o meses. Esto que en la realidad es así,
en las páginas de un libro, a mí me ha resultado pesado. Pero eso
precisamente es el mérito de la novela, el entrar una y mil veces en la
mente y el corazón de los personajes, en sus distintos estados de ánimo y
mostrarnos sus diversas reacciones y los impulsos que originan sus
comportamientos

Brígida Rivas Ordóñez

alicante, 2 de abril de 2012

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