jueves, 23 de julio de 2015

Un trabajo de Historia Moderna

Trabajo sobre La danza de los Tapuyas (tarea 2)

Grado de Antropología Social y Cultural.

Historia Moderna.

Autor: Eutiquio Cabrerizo Cabrerizo.

Centro asociado de Cantabria.

Tel.: 646 43 10 80.

Email: eutiquio@cabrerizo.es.

 

 

 

            La expansión del viejo mundo nade de la tendencia teleológica del ser humano de progresar buscando la mejora de su calidad de vida y de la necesidad de dar respuesta a las grandes preguntas existenciales que han actuado de motor de cambio desde la antigüedad, a través de la influencia de la Academia platónica y su visión cosmográfica.

Los primeros en aventurarse más allá del mundo conocido fueron los Portugueses, que desde que en 1415 se apoderaron de Ceuta disputarían con España la organización de repetidas expediciones de exploración y dominio progresivo de las islas atlánticas próximas, entrando en un conflicto de intereses geoestratégicos que se agravaría a partir del descubrimiento de América.

Las discrepancias entre España y Portugal fueron resueltas  inicialmente por el papa Alejandro VI, que en 1493 emitió las bulas Inter Caeterea y por la firma del Tratado de Tordesillas de 1494, por el que España y Portugal acordaron el reparto de las exploraciones de las tierras desconocidas, estableciendo una línea divisoria a 370 leguas al Oeste de las islas de Cabo Verde, reservando América para la exploración española y Asia para Portugal. Este reparto hace posible la conquista de la monarquía lusa de las tierras brasileñas en 1500 con la justificación de que se situaban dentro de la demarcación geográfica fijada a pesar de que Vicente Yáñez Pinzón había tocado esas costas unos meses antes.

Sin embargo, Inglaterra, Francia, Dinamarca y Holanda no reconocieron los tratados hispano-lusos, emprendiendo diversas iniciativas de colonización de territorios del Nuevo Mundo, lo que, entre otras conquistas supone el dominio temporal holandés de la zona noreste de Brasil, con capital en Recife dentro del territorio de Pernambuco, además de asentarse de forma más estable en las islas Curazao, Aruba, Bonaire y, La Guayana, dominios de privilegio que aprovecharía para el comercio triangular y para el contrabando.

La vorágine colonizadora de las nuevas tierras descubiertas, una vez superados los atavismos al Mar Tenebroso, se desarrolló para dar respuesta a la necesidad de atender a la subsistencia del aumento demográfico europeo, pero también la búsqueda de lugares para el cultivo del azúcar y el surgimiento de leyendas relacionadas con la existencia de fuentes inagotables de oro y plata, y la existencia de plantas tintóreas para satisfacer la demanda de las clases pudientes europeas. Las expediciones eran multidisciplinares, formando parte de las mismas hombres de ciencia destinados al estudio y la catalogación de los recursos naturales, y profesionales del dibujo y la pintura, encargados de documentar gráficamente las condiciones de vida y las costumbres de los territorios conquistados.

Con este fin, el conde Mauricio Nassau, Gobernador General y administrador de la compañía de Las Indias Occidentales de 1637 a 1644, se hizo acompañar de una comitiva constituida por el naturalista Georg Marcgraf, el médico Willem Piso, el paisajista Frans Post y especialmente el pintor y dibujante Albert Eckhout, que centraría su trabajo en las personas, destacando aquellos rasgos que les diferenciaban del modelo europeo en lo que podríamos considerar un estudio antropológico de los tipos étnicos que conformaban la diversidad social de Brasil en esa época.

Los historiadores de arte han querido profundizar en las causas que pudieron llevar a los colonizadores al encargo de estos testimonios gráficos, pero es difícil la unanimidad en las conclusiones alcanzadas. En un principio se considera que Eckhout pintó sus cuadros para ser expuestos en el palacio del gobernador-general pero se cree que nunca cumplieron esta finalidad debido a que las pinturas eran excesivamente grandes para ser ubicadas en la mansión de Nassau. Lo más probable, por consiguiente, es que su interés radicase en testimoniar los aspectos diferenciales con el fin de propagar la importancia de los territorios conquistados.

El cuadro de La danza de los Tapuyas representa una escena en el que ocho indígenas tapuyas desnudos y sexuados bailan portando lanzas y tacapes en lo que podría interpretarse como un comportamiento festivo, pero también como una ceremonia ritual guerrera. Los cuatro hombres del primer plano se hacen diferenciar del resto llevando grupos de plumas de guacamayo rojo en la cabeza y en los tacapes. Uno de ellos dirige su mirada hacia delante, concentrando la atención del espectador, en lo que podría interpretarse como un gesto de diferenciación social del grupo de que forma parte. Dos mujeres ataviadas con un atuendo que sólo oculta una parte mínima de su cuerpo, les observan desde un lado con las manos tapándose las bocas en un gesto que podría interpretarse como de cuchicheo o de timidez, aunque algunos críticos de arte sugieren que podrían encontrarse marcando el ritmo de la danza con algún instrumento de viento.

En cuanto a elementos representativos de la fauna autóctona, en La danza de los Tapuyas destaca la presencia de un armadillo, que aparece en el cuadro en una posición estudiada para su realce, y podemos colegir que ha sido incluido en la composición por estar cubierto de placas duras, formando una especie de coraza exótica que utiliza como protección en casos de peligro. Más abundante es la flora, destacando de modo especial un buen ejemplar del caju o flamboyant, una de cuyas ramas puede verse con frutos y hojas por encima de las cabezas de las dos indígenas. Destacan, asimismo, troncos de cocoteros, además de la presencia de la selva sugerida con su frondosidad en el paisaje del horizonte reflejado en el cuadro.

En La danza de los Tapuyas se resalta la fuerza vital de los indígenas y la exuberancia de la naturaleza brasileña, a buen seguro principal objetivo del encargo hecho por Mauricio Nassau como bien puede deducirse a la vista del resto de los cuadros de Eckhout, donde abundan los ejemplos de fauna y flora local (serpiente muerta, perro doméstico, cobaya o capibara, una fruta de mandioca cortada, un guayabo, cañafístulas, maracuyá, recipiente de calabaza, brazaletes de semillas, cesta de fibras vegetales con frutas...), además de muestras de manifestaciones de canibalismo, esclavitud y presencia colonizadora.

Los holandeses fueron expulsados de sus posesiones de Brasil en 1654, después de un período de sucesivas confrontaciones con grupos independentistas y de rebelión, pero el tiempo transcurrido en Pernambuco representa una etapa de progreso durante la que se desarrolló de forma notable el conocimiento sobre los procesos de cultivo del azúcar y el comercio de los judíos de origen portugués. Es un período de tolerancia social, cultural y religiosa, muy alejada de las convulsiones sociales que se estaban viviendo en las Provincias Unidas derivadas de los movimientos calvinistas que estaban imponiéndose en el corazón de Europa y terminaría con la firma de la paz de Westfalia.

Algunas de las pinturas de Albert Eckhout fueron regaladas por Nassau a Luis XIV en 1678, y se reprodujeron en tapices mediante la Manufactura de los Gobelinos con una difusión sorprendente, tal vez a causa de la subyugación colonial de la naturaleza pujante y del buen salvaje. Así, podría considerarse como influencia eckhoutiana el ensayo sobre el canibalismo de Michel de Montaigne, y sirvieron de inspiración para algunas de las obras de Rubens, Bessel y el brasileño Teófilo de Jesús.

 

 

 

Bibliografía:

 

Montaigne, Michel de. Ensayos. Ed.  Cátedra , D.L. ISBN: 84-376-0539-3.

 

Platón. Diálogos (Timeo y Critias). Ed. Gredos , 1992. ISBN: 84-249-1478-3.

 

Wikipedia. Albert Eckhout. http://pt.wikipedia.org/wiki/Albert_Eckhout (22/04/2015).

 

REBECA PARKER BRIENEN. Visions of Savage Paradise: Albert Eckhout, Court

Painter in Colonial Dutch Brazil. Amsterdam: Amsterdam University Press,

2006. Revista Iberoamericana, Vol. LXXV, Núm. 226, Enero-Marzo 2009, 269-302. http:// revista-iberoamericana.pitt.edu/ojs/index.php/Iberoamericana/ (22/04/2015).

Ana Claudia Mei Alves de Oliveira

Pontificia Universidade Católica de São Paulo: Comunicação e Semiótica Centro de Pesquisas Sociosemióticas. Signa. Revista de la Asociación Española de Semiótica. Núm. 10, 2001. http://www.cervantesvirtual.com/obra/signa-revista-de-la-asociacion-espanola-de-semiotica-4/

 

lunes, 6 de julio de 2015

trabajo de Antropología

            Visión de la provincia marroquí de Heha, en tiempos de Luis del Mármol Carvajal reflejada en su libro Descripción de África

 

Luis del Mármol Carvajal nació en Granada en 1524, siendo hijo ilegítimo de un escribano de la Real Chancillería de descendencia judeoconversa y probablemente de una mujer morisca. Estas dos circunstancias de su nacimiento fueron determinantes a lo largo de su vida, perjudicando sus aspiraciones profesionales a causa de las limitaciones impuestas por una sociedad en que la limpieza de sangre resultaba determinante para la promoción social.

 

A los once años se enroló en una expedición organizada por Carlos V para conquistar Túnez, respondiendo a la vocación de viajero que le iba a llevar, tras ocho años de cautiverio por distintas tierras del norte de África y de Italia. En estos viajes tuvo noticias de León el Africano, también granadino, cuyo libro Della Descrittione dell'África utilizaría como fuente informativa en su propia obra.

 

El período pasado como prisionero de la dinastía Saadí, que dominó El Rif y demás territorios norteafricanos colindantes en el siglo XVI y buena parte del XVII y que se consideraban a sí mismos descendientes del profeta Mahoma, le permitió aprender las lenguas árabes y conocer las costumbres, la cultura y el modo de vida de los pueblos que visitó durante veinte años, antes de fijar su residencia en Madrid hacia 1557 y en Andalucía a partir de la guerra de Las Alpujarras (1568-1571). Es en ese momento (1573) cuando escribe su Descripción General de África, en la que se incluye el fragmento objeto de estudio y análisis.

 

El texto seleccionado muestra el interés del autor hacia las personas, resaltando su modo de vida y los recursos económicos con los que contaban. Se refiere a un núcleo poblacional menor, lo que puede deducirse de las menciones que se hacen de Safí, bajo dominio portugués hasta mediados del siglo XVI en que fueron derrotados por la monarquía Saadí, emporio de origen fenicio que intensificó su actividad comercial después de la conquista de Granada como encuentro de las culturas cristianas y mahometanas.

 

El primer párrafo describe la vida rural de la población, que se dedica al cultivo de la cebada y de unos árboles frutales a los que llama erqués de cuyas pepitas extraen el aceite. En el texto analizado se especifica en concreto que "no se coge en ella ningún trigo" y no aparecen tampoco referencias al cultivo de higueras, olivos y viñedos, típicos del clima mediterráneo, y que a buen seguro puede referirse en otra parte de la obra, en coincidencia con la información proporcionada por León el Africano. Respecto a fauna se detalla en concreto la explotación del ganado cabrío y la abundancia de abejas para la comercialización de la miel y la cera. Es de suponer la existencia de ganado lanar para la elaboración de prendas de vestir, a que nos referiremos más adelante, y tal vez el empleo de animales de trabajo, como asnos, caballos o mulos característicos de las zonas rurales mediterráneas.

 

Las frases dedicadas a la idiosincrasia de sus pobladores están escritas en presente, son cortas y terminantes: Se dirigen a remarcar que se trata de gentes de comportamiento violento, incultas y carentes de formación religiosa. Presta una atención especial a la estructura social, estudiando las diferencias entre unos y otros y los símbolos visibles de cada caso. Los únicos que saben leer son los alfaquíes, expertos en jurisprudencia coránica, que sirven de orientación al resto en el cumplimiento del islam, y no tienen profesionales para atender los problemas de salud. 

 

La última parte del texto Luis del Mármol insiste en resaltar la estratificación de la sociedad deteniéndose en las formas de vestir como elementos externos que marcan desigualdad social. Los hombres llevaban el pelo y la barba rapada hasta que se casaban, y a partir de entonces se dejaban crecer la barba y un mechón de pelo en la cabeza como señal de ser mahometanos.

 

El común de las personas utilizaba ropas vastas. Los que pertenecían a la clase alta de la sociedad se hacían distinguir con el uso de prendas de más difícil adquisición. Los alfaquíes remarcan el prestigio de su profesión mediante el uso de bonetes colorados. Las prendas de tejidos foráneos escasean y, por consiguiente, son muy valoradas, utilizándolas un número muy reducido de hombres y mujeres que cuentan con recursos sólo disponibles para los grupos sociales privilegiados con acceso a los núcleos del poder.

 

A lo largo del fragmento analizado subsisten dos referencias relacionales con otros tantos elementos sociales ajenos a la comunidad poblacional. Nos referimos a Safí como ciudad de estrato superior que ejerce influencia territorial en los asentamientos humanos menores limítrofes, y la existencia de una actividad mercantil de adquisición y de intercambio de productos de extracción local por otros proporcionados por mercaderes llegados de fuera. Safí está dominada por los portugueses hasta 1541 en que es arrebatada por el empuje de la dinastía Saadí, aliada con Solimán el Magnífico del imperio otomano, y desarrolla una gran actividad comercial internacional al margen de las controversias bélicas, atrayendo comerciantes genoveses, venecianos, moriscos y, como se concreta de forma explícita, cristianos provenientes de Córdoba y Toledo.

 

Luis del Mármol persiguió durante toda su vida que se le reconociesen sus méritos como viajero, militar e historiador, muriendo en torno al año 1600 sin lograr su sueño de que Felipe II le hubiera honrado con el nombramiento de Cronista Real. Sin embargo, su obra, a pesar de la influencia directa recibida de León el Africano como se dice más arriba, es importante para el conocimiento de los pueblos del norte de África, puesto que son muy abundantes los comentarios y reflexiones que demuestran que conoció personalmente el modo de vida de los pueblos a los que se refiere, lo que evidencia que los visitó y vivió entre ellos. Nos proporciona, por consiguiente, una información especialmente valiosa por haberla obtenido como observador participante, al modo en que a lo largo del siglo XX realizaron sus trabajos de campo los antropólogos que aplicaron las técnicas iniciadas por Malinowski y Radcliffe-Brown.

 

 

Bibliografía:

 

Rodríguez Gómez, D., La influencia de León el Africano en la obra de Luis del Mármol. http://hdl.handle.net/10481/6664 (27-03-2015).

 

Wikipedia, Biografía de Luis del Mármol Carvajal. Http://es.wikipedia.org/wiki/Luis_del_Mármol_Carvajal. (27-03-2015).

 

Radl, J.; Requena, M.; Salazar, L. Estratificación social. Ed. McGraw Hill. 2013.       ISBN: 9788448183097.

Maalouf, A., León el Africano, Alianza Editorial, ISBN 24-206-5401-9.

Malinowski, Bronislaw. Los argonautas del Pacífico occidental. Ed.Península. ISBN: 9788483073988.