sábado, 21 de abril de 2012

extracto de la tertulia sobre La fortuna de Matilda turpin

La lectura de La fortuna de Matilda Turpin, de Álvaro Pombo, ha
despertado un interés extraordinario en los miembros del taller, dándose el
caso de que varios de ellos han leído el libro dos veces en un mes, incluso
tomando notas, y hablan de él como de un verdadero descubrimiento literario.

Las intervenciones se van sucediendo casi precipitadamente, entrecruzándose
los comentarios y queriendo expresar su opinión en el momento exacto del
debate que les parece más adecuado para introducir su aportación personal.
Manuel encuentra semejanzas en la narración de Álvaro Pombo con la forma de
escribir de José Luis Sampedro. El personaje de Matilda influye en el
funcionamiento del clan familiar y su muerte descompone la armonía de todos.
El final le parece mal resuelto y cree que debería explicar de forma más
clara el desenlace del matrimonio de los trabajadores de la casa. Los
nombres atribuidos a los distintos lugares desorientan un poco hasta que el
lector descubre que son ficticios y que corresponden a localizaciones que se
evita aludir por sus nombres reales. Josefina y dos o tres más comentan su
impresión inicial sobre la relación entre Matilda y Emilia, llegando a
sospechar que guardaba cierta ambiguuedad que se esclarece al adentrarse en
la lectura de la obra. Dolores considera que Pombo plantea el tema
de la liberación sexual y sobre todo el de la mujer, que en este caso se
realiza con la aceptación de su marido y el apoyo de una compañera de
trabajo a quien contrata como empleada de hogar condicionada por la amistad
íntima que existe entre las dos. A medida que van sucediéndose las
intervenciones de unos y otros, los siguientes procuran no repetirse y
aportar algo diferente de lo dicho por los demás. Celestina cree que
Antonio y Emilia pierden su sensación de seguridad en la casa al sufrir la
ausencia de Matilda, y sienten los celos de descubrirse prescindibles hasta
caer ella en una depresión sin retorno y él en la determinación de renunciar
a su posición y sus derechos adquiridos como empleados domésticos.
Maite destaca la capacidad de la representación visual del autor que hace
que el lector se sienta trasladado a los lugares descritos. Fernando es la
representación del complejo de Electra y reivindica a Juan Campos el derecho
al amor de padre que le faltó en la infancia. Juan es egoísta, pero está
llamado a ser el único personaje que no ador a Matilda, que consigue
frustrar el cadáver que sigue en la casa después de su muerte.

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