martes, 15 de mayo de 2012

En mayo podemos leer La moneda de Favila, Dux cántabri

En el mes de mayo estamos leyendo dos libros de escritores cántabros, uno
que podemos llamar clásico, como lo es José María de Pereda, y otro
perteneciente a los autores actuales que están escribiendo hoy en Cantabria,
Jesús Rodríguez Leal, que va por su tercera novela y mantiene en plenitud de
facultades su inagotable capacidad creadora.
De Pereda hemos escogido Peñas arriba, tal vez una de sus obras de mayor
popularidad, que representa el arquetipo de un tipo de personaje
tradicional, el de la hidalguía enraizada en el pueblo y protectora de sus
habitantes. Plantea el problema de la sucesión de la autoridad de la nobleza
en caso de la ausencia de descendencia directa.
Respecto a Jesús Rodriguez Leal leímos en su momento su primera
obra, El viaje de Kanto, y nos satisface comprobar que sus siguientes
títulos forman parte de un mismo proyecto de trabajo en lo que constituye
una trilogía bien planificada y nos permite imaginar que sus próximas
publicaciones tengan el mismo nexo de unión con las que conocemos.
Tras El arco del druida, su segunda entrega, leemos este mes La
moneda de Favila, dux cantabri, en la que una pareja de jóvenes estudiantes
de Historia nos va mostrando el doble crisol histórico y cultural de los
pobladores de Cantabria.
Tenemos, pues, entre las manos una novela de estilo histórico y de
viajes en el que el autor nos va mostrando la ciudad romana de Julióbriga,
próxima a la actual Reinosa al mismo tiempo que se desarrollan en un segundo
plano las luchas de los visigodos en sus embates por la conquista de los
últimos bastiones de la península.
Peñas arriba y La moneda de Favila, Dux cántabri, son dos
sugerencias de lectura que proponemos en este mes de mayo, que pueden ser
tenidas en cuenta indistintamente, o incluso leer las dos en el caso de
disfrutar del tiempo suficiente para hacerlo. Nos alegraremos de ello.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Nuestra tertulia sobre El perro de terracota, de Andrea Camilleri

En términos generales la obra no ha despertado el entusiasmo de los
participantes del taller que suele despertar la selección de nuestras
lecturas preferidas. El fenómeno tiene a pesar de todo aspectos positivos,
como es el hecho de que a lo largo de estos doce años los participantes en
el taller hemos alcanzado un criterio definido que nos permite seleccionar
cualitativamente el tipo de literatura que nos gusta, distinguiendo los
títulos y los autores con los que más nos identificamos entre un gran
listado de obras.
Las razones que se van argumentando en el discurso de las sucesivas
intervenciones de los tertulianos sobre el perro de terracota se refieren a
la dificultad de hacer el seguimiento de sus numerosos personajes y el
desarrollo de múltiples líneas argumentales en paralelo.
Isabel ha leído varios de los libros de Andrea camilleri, pero reconoce
que dentro de la novela policíaca le resulta de más fácil lectura Agata
Christie con independencia de valorar la calidad de la literatura de uno y
otro.
Santiago considera que la dificultad procede de que el autor se apoya en
la trasposición de una argumento mitológico que va desvelándose
progresivamente y el lector que lo desconoce tiene que hacer un esfuerzo
añadido para ir encajándolo en la trama.
La tertulia entra en un bucle de razonamientos que se repiten y se
reiteran en boca de los asistentes, remarcando la unanimidad de
planteamientos y poniendo de manifiesto que la obra que hemos leído en el
mes de abril se distancia mucho de las que hemos venido leyendo en otros
meses.