domingo, 9 de diciembre de 2012

Caperucita roja, de carmen Martín Gaite

Han sido muchas las obras literarias que se han creado con la influencia o mediante la recreación del fenómeno cultural que es Caperucita Roja.

Lo encontramos bajo diferentes formas en la tradición de casi todos los pueblos de la tierra desde la más remota antigüedad, y no siempre bajo la apariencia de cuento infantil o relato breve. En muchas ocasiones ha alcanzado la categoría de novela no sólo para niños y lectores juveniles.

Nos queremos referir de una manera expresa, a modo de homenaje o reconocimiento, a la obra titulada Caperucita en Manhattan escrita por la extraordinaria escritora Carmen Martín Gaite en 1990.

Martín Gaite nació en Salamanca en 1925 y murió en Madrid en el año 2000. Entre sus numerosas novelas se encuentran Entre Visillos, que obtuvo el Premio Nadal en 1958, Retahílas, El cuarto de Atrás, Nubosidad Variable, El proceso de Macanaz, Ritmo Lento, Lo raro es Vivir, Irse de Casa y otras. También escribió libros para niños, poesía, teatro, relatos y ensayos. Le dieron el Premio Príncipe de Asturias por el conjunto de su obra en el año 1988.

Caperucita en Manhattan recrea el mito clásico de la iniciación a la vida adulta y las etapas que debemos superar para lograrlo con nuestros propios medios. No faltan, por supuesto, ninguno de los personajes conocidos: Caperucita, su madre, la abuela y el lobo, pero la asombrosa labor de la autora es la traslación magistral que hace del relato tradicional hasta convertirlo en una historia de gran actualidad que se desarrolla en uno de los escenarios que simbolizan la mayor modernidad: la isla de Manhattan. En nuestro caso el lobo, Míster Wolf, es el dueño de una prestigiosa pastelería que, casualmente, desconoce la receta ideal de la tarta de fresa y la madre de Caperucita, con quien vive en un edificio de apartamentos, es la poseedora del secreto de la mejor tarta de fresa conocida. La abuela, que había sido en su juventud cantante de music hall, vive en el otro extremo de Nueva York, y la niña decide llevar ella sola una tarta a su abuela aprovechando que su madre la ha dejado al cargo de una vecina...

La novela está escrita de forma magistral, convirtiendo el bosque de la narración tradicional nada menos que en el Central Park de Nueva York, y enriqueciendo el argumento con la introducción de personajes tan originales como Miss Lunatic, que vive en la estatua de La Libertad y regala a la niña un elixir capaz de quitar el miedo, o incluso la participación de la protagonista en el rodaje de una película de cine en una de las cafeterías más exitosas de la ciudad.

Leyendo Caperucita en Manhattan, escrita por Carmen Martín Gaite, uno tiene la impresión de que los cuentos de siempre siguen estando más vivos y actuales que nunca, y que nos siguen esperando ahí cada día desde que éramos pequeños para que volvamos a cogerlos y jugar con ellos. Sigamos profundizando en su mensaje más oculto y continuemos intentando hacernos un poco mayores cada día con ellos.

Leamos, pues, Caperucita en Manhattan, y aprendamos de la mano de Martín Gaite, su autora, y de Sara Allen, su protagonista, todas las claves que permiten hacer de un cuento clásico una novela actual, y conseguir reflejar en una novela actual que fue un cuento clásico, la vida.


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