lunes, 10 de septiembre de 2012

La casa de cossío y la novela Peñas Arriba, de Pereda

Si tienes la oportunidad de visitar la casa del escritor José María de cossío, en las estribaciones montañesas que separan las provincia de cantabria y Palencia en el norte de España, yo te recomiendo que no dejes de hacerlo porque saldrás de ella con la sensación de haber hecho un viaje en el tiempo, disfrutando del placer de sentirte descargado del estrés diario, de todas las intrigas y controversias estúpidas que nos asedian en nuestro trabajo, al salir a la calle por la mañana, al comprar comida en el supermercado y descubrir que no está al precio que la habíamos encontrado la semana pasada.
La casa de José María cossío es un caserón de hace casi trecientos años, que construyó un indiano de aquellos aldeanos que se iban a hacer las américas y volvía con la necesidad de proclamar a todos que se habían hecho millonarios.
    Los avatares de las corruptelas políticas, que ya existían en aquella época, quisieron que acudiesen a ella el escritor José María de pereda, que se presentaba "a cortes" por el partido conservador y buscaba el apoyo de todos los caciques de su demarcación. Pero dejando esta circunstancia a un lado, se quedó tan satisfecho del trato recibido y llegó a conocer con tanto detalle la relación entre el dueño de la casa y los vecinos del pueblo de tudanca en que se asentaba, que se inspiró en ella para escribir una de sus principales novelas, a la que tituló Peñas arriba sin duda por lo escarpado del terreno y las dificultades para llegar hasta allí que tuvo que soportar, probablemente a caballo tal como se describe en el primer capítulo de su obra.
 
Si tenemos la oportunidad de visitar la Casa-Museo de José María de cossío, nos conviene leer antes la obra de Pereda, y si así lo hacemos tendremos la oportunidad de experimentar el reconocimiento de cada uno de los rincones y detalles que aparecen en la novela y se han conservado a lo largo de todo este tiempo. El portón de entrada, los espacios dedicados a cuadras reconvertidos ahora en sala de exposiciones de los fondos literarios que guarda, el cocinón situado en la parte alta donde se reunía el señor de la casa con los vecinos del pueblo y con la servidumbre, las ventanas por donde se vislumbra como en aquel tiempo las altas montañas tomadas por los osos y el estruendo del río Nansa que se desploma, o desplomaba, cayendo de peña en peña. en una de las habitaciones, la más resguardada, pueden verse todavía la caja de caudales encastrada en la pared que podemos ver en la novela.
 
si tienes la oportunidad de visitar la Casa de José María de Cossío, en el pueblo cántabro de Tudanca al que Pereda llama tablanca en una modificación mínima del nombre, tendrás la impresión de haber hecho un viaje en el tiempo. sobre todo si has leído antes Peñas arriba, de José María de pereda.
 

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