miércoles, 4 de agosto de 2021

SORIA EN LA VIDA DE ANTONIO MACHADO

SORIA EN LA VIDA DE ANTONIO MACHADO

 

En mi condición de soriano, profesor, admirador y amante de la obra de Antonio Machado, como forma de expresión de esta admiración, comento un largo artículo del profesor José María Martínez Laseca, Escritor (investigador, ensayista, articulista y poeta)., natural de Almajano (Soria), 1955, profesor de Lengua Castellana y Literatura en institutos de Burgos y Soria, en el que de una forma brillante y , para mí, acertada, expone la influencia en la vida y obra de Antonio Machado en su breve paso por Soria de tan sólo 5 años, al tiempo que completo con mi visión y aportación..

Antonio Machado llega a Soria el martes, 30 de abril de 1907 y sale de Soria hacia Baeza tras la muerte de Leonor que tiene lugar el 1 de agosto de 1912

En el escaso tiempo que estuvo en Soria se identifica con su tierra, sus paisajes, sus gentes, con la misma historia de Castilla y por extensión de España.

Este breve tiempo 1907 a 1912 fue uno de los momentos que de un modo más intenso marcó su vida, tanto en la parte creativa como poeta, como en la parte humana por la intensa vivencia de su amor con Leonor, ese amor tierno, joven y apasionado que le hizo rejuvenecer, como por la tragedia y desgarro que supuso la muerte de su amada.

Antonio Machado era un hombre de mundo. Había vivido en grandes ciudades como su Sevilla de infancia y su Madrid de adolescencia y juventud dorada y bohemia; además, por dos veces, en 1899 y 1902 pasó unas temporadas de trabajo en París.

Con estos antecedentes, en la recoleta y pequeña ciudad de Soria, la más pequeña de las capitales de España, unos 7000 habitantes en aquel momento, Antonio Machado encontrará el lugar de retiro ideal para su alma meditativa y como motivo de inspiración para su obra poética. Soria le aportó al poeta un doble impacto del pasado: belleza y decadencia, y Antonio Machado agradecido a Soria, le correspondió con su poemario “Campos de Castilla” de 1912, que puso a Soria en el mapa de la vida cultural española.

En larga carta, de junio de 1913, remitida a Miguel de Unamuno desde Baeza, Antonio Machado le decía lo siguiente: “Tengo motivos que usted conoce para un gran amor a la tierra de Soria; pero tampoco me faltan para amar a esta Andalucía donde he nacido. Sin embargo, reconozco la superioridad espiritual de las tierras pobres del alto Duero. En lo bueno y en lo malo supera aquella gente.”

Tiempo después al evocar los días de su paso por Soria, como la época más satisfactoria de su existencia: “Si la felicidad es algo posible y real –lo que a veces pienso–, yo la identifico mentalmente con los años de mi vida en Soria y con el amor de mi mujer”.

Asimismo, en el prólogo a “Campos de Castilla” de 1917 Machado manifestaba públicamente: “Cinco años en la tierra de Soria, hoy para mi sagrada –allí me casé; allí perdí a mi esposa, a quien adoraba–, orientaron mis ojos y mi corazón hacia lo esencial castellano. Ya era además muy otra mi ideología”

Estos aspectos quedaron recogidos en el libro “Campos de Castilla, publicado en abril de 1912, unos meses antes de la muerte de Leonor, que se produjo el 1 de agosto de 1912.

Visto lo anterior, queda muy claro que, tras su obligada marcha de Soria, cuando Antonio Machado evoca su vida pasada en esta ciudad castellana, ha de reconocer que en cuanto a su deuda contraída, al amor de Leonor debe añadir el haber hecho suyo un paisaje que considera esencial y el espíritu de sus gentes.

Antonio Machado solo volvió una vez a la ciudad: fue el 5 de octubre de 1932, momento del homenaje que los sorianos le dedicaron al tiempo que fue nombrado hijo adoptivo. El acto tuvo lugar en la ermita de San Saturio, una placa lo recuerda. Desde entonces, el paraje es conocido como ‘El Rincón del Poeta’.

 

UN LIBRO CAPITAL: “CAMPOS DE CASTILA”, DE 1912

Ya viviendo en Soria, Machado venía escribiendo poemas que, intentó publicar a finales de 1910, esto no se produjo hasta 1912. Esta primera edición de Campos de Castilla, contenía 54 poemas, 9 correspondían a “Campos de Soria. A pesar del éxito obtenido de críticas y ventas, tan sólo recibió 300 pesetas.

En ediciones posteriores, Machado fue añadiendo materiales, pasando de los 54 poemas iniciales a los 123 de las Poesías completas (1936). Los "proverbios y cantares" aumentaron de 29 a 53, y los "elogios" de dos a doce.

En este libro no existe una temática con una unidad formal como pudo haber en “Soledades. Galerías. Otros poemas” de 1907. El choque que le produjo a su llegada a Soria, esta España profunda le hizo enfrentarse y cambiar expresando sus juicios y pensamientos sin cortapisas, crudamente, sin adornos, siguiendo sus convicciones éticas y regeneracionistas.

En “Campos de Castilla”, los temas que encontramos hacen referencia principalmente a el paisaje castellano y sensibilidad del poeta ante este paisaje, el amor y la muerte de Leonor. La visión crítica de Castilla..

: El poemario “Campos de Castilla” es consecuencia de la vivencia del poeta en Soria y hay que situarlo en el contexto histórico de finales del siglo XIX: el de la España desmoralizada a causa del desastre político, económico, social y cultural, que provocó la pérdida de sus últimas colonias.

Por eso Antonio Machado se sirve del mito de Castilla, como metáfora de España para marcar ese contraste entre el ayer glorioso y las miserias del presente.

De este modo, el paisaje castellano, sus tierras y las personas que lo habitan, contemplado con profunda emoción, constituyen el sentido vertebrador del libro, sus habitantes e historia le sirven ahora al poeta para mostrar la conducta de los españoles.

Critica por un lado a quienes envidian y no trabajan y, por otro, alaba a los que con su esfuerzo hacen avanzar al país.

Machado tiene una idea de España muy clara, no puede esperarse nada de la España frívola, hipócritamente piadosa, aburrida y fanfarrona, que pasara de un ayer vano a un mañana efímero ,aspirando a otra España, trabajadora, vigorosa y compasiva.

En “la tierra de Alvargonzález”;incluída en “Campos de Castilla”, al tiempo que recoge la tradición literaria del romance, parece querer señalar el cainismo como parte del carácter español.

 

Al igual que “Soledades”, también “Campos de Castilla” es producto de una compilación de poemas sueltos publicados en su mayoría, antes, en revistas y periódicos. Machado lo acometió ante la imperiosa necesidad de cubrir los gastos que le suponía su viaje a París becado por la Junta de Ampliación de Estudios, acompañado de su esposa Leonor Izquierdo Cuevas.

 

Dentro de esta temática, encontramos tres partes diferenciadas.

 

La primera agrupa poemas escritos en 1909, como “Amanecer de otoño” o “Pascua de resurrección”, que son estampas de Soria vistas por el poeta recién llegado.

 

En la segunda estarían los de 1910, que son los más “noventayochistas” y hostiles, referidos al paisaje y al paisanaje sorianos. Entre ellos “A orillas del Duero”, “Por tierras de España” o el cainita de “La tierra de Alvargonzález”, severa crítica del campo castellano.

 

Y la tercera, de 1911, incluye el friso de “Campos de Soria”, de identificación cordial del poeta con el paisaje soriano por la influencia benéfica de Leonor Izquierdo.

Esto lo podemos encontrar con una detenida lectura de muchos pasajes de “Tierras de Castilla”

 

Además, en “Campos de Castilla” de 1912 aparecía una muestra de su poesía breve, aforística y filosófica. Son sus primeros “Proverbios y cantares” con los que Machado ensaya nuevos caminos líricos.

Tanto “Campos de Castilla” (1912), como “Soledades” se vieron ampliados con nuevos poemas que se añaden a los iniciales de Campos de Castilla.

Por estar escritos en su mayoría en Baeza remitirán ahora tanto al paisaje como al paisanaje de la alta Andalucía, en claro paralelismo con el proceso de sus años de Soria. Y, en este caso, con marcada crítica hacia la clase de señoritos provincianos. Pero, también se le añadieron, como hemos dicho, los trece poemas del denominado “ciclo de Leonor”, expresando su dolorido sentir por la temprana muerte de su joven esposa.

Culmina con el poema “Otro viaje”, y lo abre “A un olmo seco. Se trata de uno de los más bellos cantos de vida y esperanza que jamás se han escrito

 

Este poeta del pueblo, sigue vigente y vivo a través de sus versos que se siguen recitando. . Su lenguaje poético es sobrio, claro y profundo, al tiempo que muestra una cálida y entrañable humanidad en “ese diálogo del hombre con su tiempo”.

En poesía, Antonio Machado, tiene una personalidad definida y trascendente, una calidez y hondura en el enfoque de los problemas humanos, una inigualada identificación con la tierra de Castilla y una fidelidad a sí mismo y a sus ideas. De ahí su cercanía y la fama conseguida como poeta nacional y universal.

Esta figura Universal, tratan de apropiárselo políticos de uno u otro signo.

En definitiva, Soria marcó la vida de Machado y Antonio Machado señaló a la pobre y austera Soria en el mapa universal, porque universales son sus versos.

 

No me resisto a poner esta parte del extenso poema “CAMPOS DE SORIA” .

 

VI

¡Soria fría, Soria pura,

cabeza de Extremadura,

con su castillo guerrero

arruinado, sobre el Duero;

con sus murallas roídas

y sus casas denegridas!

¡Muerta ciudad de señores

soldados o cazadores;

de portales con escudos

de cien linajes hidalgos,

y de famélicos galgos,

de galgos flacos y agudos,

que pululan

por las sórdidas callejas,

y a la medianoche ululan,

cuando graznan las cornejas!

¡Soria fría! La campana

de la Audiencia da la una.

Soria, ciudad castellana

¡tan bella! bajo la luna.

VII

¡Colinas plateadas,

grises alcores, cárdenas roquedas

por donde traza el Duero

su curva de ballesta

en torno a Soria, obscuros encinares,

ariscos pedregales, calvas sierras,

caminos blancos y álamos del río,

tardes de Soria, mística y guerrera,

hoy siento por vosotros, en el fondo

del corazón, tristeza,

tristeza que es amor! ¡Campos de Soria

donde parece que las rocas sueñan,

conmigo vais! ¡Colinas plateadas,

grises alcores, cárdenas roquedas!…

VIII

He vuelto a ver los álamos dorados,

álamos del camino en la ribera

del Duero, entre San Polo y San Saturio,

tras las murallas viejas

de Soria barbacana

hacia Aragón, en castellana tierra.

Estos chopos del río, que acompañan

con el sonido de sus hojas secas

el son del agua, cuando el viento sopla,

tienen en sus cortezas

grabadas iniciales que son nombres

de enamorados, cifras que son fechas.

¡Álamos del amor que ayer tuvisteis

de ruiseñores vuestras ramas llenas;

álamos que seréis mañana liras

del viento perfumado en primavera;

álamos del amor cerca del agua

que corre y pasa y sueña,

álamos de las márgenes del Duero,

conmigo vais, mi corazón os lleva!

IX

¡Oh, sí! Conmigo vais, campos de Soria,

tardes tranquilas, montes de violeta,

alamedas del río, verde sueño

del suelo gris y de la parda tierra,

agria melancolía

de la ciudad decrépita.

Me habéis llegado al alma,

¿o acaso estabais en el fondo de ella?

¡Gentes del alto llano numantino

que a Dios guardáis como cristianas viejas,

que el sol de España os llene

de alegría, de luz y de riqueza!

 

 

Marcos Esteban Cabrerizo.

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