viernes, 22 de marzo de 2013

Invocación rogatoria


Invocación rogatoria

 

Padre Nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre.

 

Todas las personas no somos iguales, y todos los días tampoco lo son.

 

Una mañana nos despertamos sabiendo que sufrimos malos tiempos, que el Innombrable está intentando matar la Cultura de los pueblos y no sabemos el modo de librarnos del mal que padecemos.

  Las escuelas aparecen con los pupitres desvencijados y las aulas llenas de papeles arrugados tirados por el suelo. Las bibliotecas, entregadas a la acción demoledora del abandono. Los museos, privatizados para descargar a las arcas públicas del gasto de mantenerlos abiertos. Las galerías de arte están cerrando.

  Sobre las escuelas, nubes negras. Sobre las bibliotecas y los museos, una tormenta de ruinas precipitándose. Sobre las galerías de arte, un agujero insondable.

 

 

Venga a nosotros tu reino. Hágase tu voluntad: así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día dánosle hoy.

 

Qué será de nuestros hijos... Qué de nuestros ancianos más necesitados... Qué del porvenir de nuestros jóvenes...

 

 Todos los días de nuestra vida no son iguales, y todas las personas que conocemos tampoco lo son.

 

 

Honor a ti, que has sido dotado por los dioses de facultades para concebir sueños y ser capaz de plasmarlos. Tú, que compartes con nosotros los dones que recibiste de tus mayores. Muéstranos el camino que debemos seguir.

 

Líbranos de la avaricia de los codiciosos, de la ambición de los corroídos por la vanidad, del delirio de grandeza de los pobres de espíritu. Porque ellos no saben que su empeño bruto y errado, será causa de grandes males: También para los que lo causaron.

Una mañana nos despertamos conscientes de los malos tiempos que estamos sufriendo, conscientes de que el Innombrable proyecta matar la Cultura como derecho de los ciudadanos, y los que formamos la grey de los hombres decidimos salir a la calle con la frente levantada y la esperanza de que con tu guía podremos salvar nuestra dignidad cultural como seres humanos.

 

Venga a nosotros tu reino de cultura, y guíanos. Líbranos del mal. Amén.

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