José Mas, el apasionado profesor ciego de literatura
Docente y poeta, luchó por una cátedra en un tiempo en que ser invidente lo
impedía y logró enseñar y cultivar su amor por las letras
Ferran Bono 19 SEP 2012
Estaba especialmente satisfecho de su Península de olvido. "Ya no debe
etiquetárseme de ciego cuando se me reconozca poeta", decía en su esbozo de
autobiografía sobre este poemario publicado por Visor, con el que ganó el
Premio Internacional Tiflos de 2002, "abierto a todo tipo de poetas". La
literatura iluminó la vida de Pepe Mas (Valencia, 1939), que estuvo marcada
por la ceguera "para bien y para mal" hasta su fallecimiento el pasado día
12 . Dejó como autor numerosos libros de crítica y divulgación literaria,
además de poemarios y centenares de alumnos y amigos.
La gran escritora Ana María Matute fue una de sus amistades: "Estoy hecha
polvo. Éramos amiguísimos desde hace mucho tiempo. Nos presentó un amigo que
me habló de un joven con su problema al que le gustaban los libros que yo
escribía... Era un bellísima persona, que llevaba con una jovialidad y
alegría su problema... Era muy culto, leía mucho en braille; estaba muy
entregado a la literatura. He conocido a muchos de sus estudiantes que lo
adoraban. En fin, terrible, una fatalidad".
Pepe Mas luchó por vivir de su pasión por las letras y sorteó obstáculos que
en un pasado no muy lejano, a fines de la década de los sesenta, parecían
insalvables. Plantó cara al Gobierno franquista para obtener la dispensa de
su ceguera total y poder participar en las oposiciones a catedrático. Él
mismo lo contaba así: "El tribunal decidió dejar una plaza desierta en la
votación final, para no dármela; esta solución fue el resultado desesperado
que adoptaron los miembros del tribunal, al no poder suspenderme en ninguno
de los ejercicios de la oposición".
Más tarde logró ser catedrático de Enseñanza Media y "preocupado por incitar
a la lectura a un público juvenil poco dispuesto a intentar por sí mismo la
aventura", llevó a sus clases a decenas de escritores, como Ana Maria
Matute, José Luis Sampedro, Gustavo Martín Garzo, Espido Freire, Cristina
Peri Rossi, Ana María Moix, Francisco Brines, Juan Gil-Albert, Carlos Marzal
o Vicente Gallego. Este poeta valenciano lo recuerda como "un hombre bueno,
culto, cordial".
Acompañado siempre por su mujer, profesora y coautora de algunos de sus
libros, Teresa Mateu. Pepe Mas solía sistir a las presentaciones y actos
literaturas en la ciudad de Valencia. Además de un consumado pianista, fue
autor de estudios críticos sobre la obra de Matutes, Sampedro, Vicente
Aleixandre o Vicente Blasco Ibáñez. Se jubiló como catedrático de Lengua y
Literatura Españolas en el instituto El Clot de Valencia en 2005. Deja una
larga estela de libros, alumnos y amigos.
Docente y poeta, luchó por una cátedra en un tiempo en que ser invidente lo
impedía y logró enseñar y cultivar su amor por las letras
Ferran Bono 19 SEP 2012
Estaba especialmente satisfecho de su Península de olvido. "Ya no debe
etiquetárseme de ciego cuando se me reconozca poeta", decía en su esbozo de
autobiografía sobre este poemario publicado por Visor, con el que ganó el
Premio Internacional Tiflos de 2002, "abierto a todo tipo de poetas". La
literatura iluminó la vida de Pepe Mas (Valencia, 1939), que estuvo marcada
por la ceguera "para bien y para mal" hasta su fallecimiento el pasado día
12 . Dejó como autor numerosos libros de crítica y divulgación literaria,
además de poemarios y centenares de alumnos y amigos.
La gran escritora Ana María Matute fue una de sus amistades: "Estoy hecha
polvo. Éramos amiguísimos desde hace mucho tiempo. Nos presentó un amigo que
me habló de un joven con su problema al que le gustaban los libros que yo
escribía... Era un bellísima persona, que llevaba con una jovialidad y
alegría su problema... Era muy culto, leía mucho en braille; estaba muy
entregado a la literatura. He conocido a muchos de sus estudiantes que lo
adoraban. En fin, terrible, una fatalidad".
Pepe Mas luchó por vivir de su pasión por las letras y sorteó obstáculos que
en un pasado no muy lejano, a fines de la década de los sesenta, parecían
insalvables. Plantó cara al Gobierno franquista para obtener la dispensa de
su ceguera total y poder participar en las oposiciones a catedrático. Él
mismo lo contaba así: "El tribunal decidió dejar una plaza desierta en la
votación final, para no dármela; esta solución fue el resultado desesperado
que adoptaron los miembros del tribunal, al no poder suspenderme en ninguno
de los ejercicios de la oposición".
Más tarde logró ser catedrático de Enseñanza Media y "preocupado por incitar
a la lectura a un público juvenil poco dispuesto a intentar por sí mismo la
aventura", llevó a sus clases a decenas de escritores, como Ana Maria
Matute, José Luis Sampedro, Gustavo Martín Garzo, Espido Freire, Cristina
Peri Rossi, Ana María Moix, Francisco Brines, Juan Gil-Albert, Carlos Marzal
o Vicente Gallego. Este poeta valenciano lo recuerda como "un hombre bueno,
culto, cordial".
Acompañado siempre por su mujer, profesora y coautora de algunos de sus
libros, Teresa Mateu. Pepe Mas solía sistir a las presentaciones y actos
literaturas en la ciudad de Valencia. Además de un consumado pianista, fue
autor de estudios críticos sobre la obra de Matutes, Sampedro, Vicente
Aleixandre o Vicente Blasco Ibáñez. Se jubiló como catedrático de Lengua y
Literatura Españolas en el instituto El Clot de Valencia en 2005. Deja una
larga estela de libros, alumnos y amigos.
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