lunes, 13 de mayo de 2013

Comentario sobre la novela "El Hereje"

 

Difícil tarea la de poner en estas páginas todos los sentimientos que el autor hace surgir en nuestro ánimo por más indiferente que creamos ser.

 

Ante la novela "El Hereje"  de Miguel Delibes, se nos agolpan los calificativos para definirla y en mi mente prevalece uno: terrible. Terrible si tenemos en cuenta que la obra es de un rigor histórico indiscutible, y que la Humanidad ha producido personajes tan controvertidos como los que en ella se describen. Son personas que, ofuscadas por ideas impuestas por personajes calculadores y ambiciosos, que no reparan en atropellos para seguir manteniendo el poder, realizan los mayores extravíos contra individuos honestos que luchan por alcanzar la verdad y por defender a toda costa su libertad de conciencia.

Estas actitudes, , incluso  en la actualidad, a veces siguen observándose en las clases gobernantes, por desgracia.

 

La novela relata la historia de Cipriano Salcedo, que nace en 1517, en Valladolid, hijo de un acaudalado comerciante y fabricante de ropas. Se adhiere a una secta protestante. La Inquisición corta este cisma y condena a la hoguera a sus seguidores, entre ellos a Cipriano Salcedo.

Imposible relatar el terror que invade la mente ante la descripción de persecuciones, cárceles y tormentos que magistralmente se describen en la novela. Terrible llegar hasta el fondo de la maldad que pueden desarrollar las personas humanas, y que por desgracia, tienen su parangón en las violencias que sufren los sometidos a interrogatorios para conocer hechos que, a veces, solo están en la mente de los verdugos.

Esta obra es su texto más extenso y primera novela histórica. Une la calidad del trabajo literario a la crítica de las contradicciones de la conducta social, la doble moral y la inclinación a las pasiones poco confesables

Desde luego hay más cosas en los hermosos párrafos de El hereje; un discurso didáctico atractivo, y además expresado con el lenguaje exacto, al que nos tiene acostumbrados el autor.

 

Es una novela que no puede dejar de leer cualquier persona que se interese por la Literatura.

Y acabo con la frustración de no haber sabido plasmar aquí todos los sentimientos de soledad infantil, de ternura en la persona de la niñera, de miedo ante las denuncias infundadas llevadas a cabo por la esperanza de salvar la vida, de indignación por la impotencia de las víctimas, del horror ante los tormentos descritos, sobresaliendo las últimas horas de Cipriano. Y de todo lo que  en mí ha sabido despertar el autor.

 

Brígida Rivas Ordóñez

 

Alicante abril 2013

 

 
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sábado, 30 de marzo de 2013

A un amigo poeta

 

 

A un amigo poeta

 

 

 

                   Desde que se posó la pluma sedosa de tu voz aterciopelada en el aula, que permanecía envuelta en niebla, la Literatura rancia y la Gramática herrumbrosa, florecieron para nosotros en arpegios irresistibles y brillos dorados de metales nobles que nos cautivaron para siempre.

 

                  Recuerdo el día que llevaste un disco de poesías recitadas por sus autores y quedamos fascinados escuchándoles:

 

                  Vicente Aleixandre, divinal habitante del paraíso de Velintonia, declamaba una poesía que se titulaba "En la plaza" y fui directamente a la biblioteca a pedir "Historias del Corazón" hundiéndome en todos y cada uno de sus poemas.

 

                  Dámaso Alonso, el de la voz bien timbrada, era el verso puro transfundido por la angustia en la contradicción del hombre hollando caminos erráticos sobre la tierra.

 

                   Neruda derramaba sus versos de nostalgia junto al mar, dejándose besar los pies por la espuma de las olas en la playa de Isla Negra.

 

                   Gloria Fuertes nos pareció una campana resquebrajada en una tarde de invierno poco soleada.

 

                   Rafael Lapesa, José Luis Aranguren, Carlos Bousoño: Nos hablabas de los profesores con los que habías estudiado y nos parecían arcángeles sobrenaturales que sólo con pronunciar sus nombres nos purificaban.

 

                   Pasados los años nos regalaste los frutos más sazonados de tu bien cultivada huerta: "Preludio en luz menor", "Orquesta de Sombras", "Efectos Especiales", "Han cegado a Narciso"... Supimos de tus viajes añorando Itacas, tus descensos analíticos a todos los Góglotas, tus incommensurables paisajes sensoriales.

 

                   De tu mano descubrimos que la literatura es la comunión de quien escribe con la vida. Comprendimos que un poema es mucho más que unos versos con su ritmo y su rima, que por debajo de las palabras late el corazón palpitando sentimientos.

 

                   Desde aquel día, ahora lejano, en que se posó la pluma sedosa de tu voz aterciopelada en nuestra clase hundida en brumas, la Literatura rancia y la Gramática herrumbrosa resurgieron para siempre pletóricas de riquezas insospechadas hasta entonces.

 

         Al final de la mañana la ventana abierta a los jardines se encendía en resonancias de gemas divertidas, y tu voz se impregnaba de un polvillo dorado, como el de las mariposas recién salidas de las crisálidas, levantabas en el aire arquitecturas ingrávidas, declamabas poemas a la amada; desplegabas el esplendor multicolor de toda tu capacidad creadora, y la sagacidad de nuestra recién estrenada adolescencia se irisaba en el presentimiento de Afrodita asomándose a nuestra ventana: Tu novia te esperaba.

 

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viernes, 29 de marzo de 2013

Hay veces que los libros nos manipulan

ellos saben el momento en el que nos pillan descuidados y lo aprovechan para manipularnos impunemente.
    No existe ninguna razón para que yo esté ahora volviendo a leer por enésima vez, que voy a aprendérmela de memoria, La Odisea, y de repente en un instante de consciencia descubro que he vuelto a interesarme por ella y estoy leyendo ya la décima rapsodia. Mi primera reacción es abandonar y reanudar mi plan de lecturas pendientes, pero me siento empujado por la inercia de seguir hasta el final y decido no rebelarme. No merece la pena. Los libros nos manupulan caprichosamente, y de sobra saben ellos que no tenemos fuerzas para oponernos a sus designios. Son como los dioses.
 
¿Por qué ha sido esta vez? No puedo estar seguro. creo que me arrastró la curiosidad de descubrir el nombre de la isla de calipso, donde retuvo durante siete años a Odiseo, y que luego quise saber el nombre de la mujer del rey alcino, que la última vez olvidé anotarlo en algún sitio para retenerlo en la memoria. después quise asegurarme del número de compañeros que devoraba Polifemo... Pero para qué voy a seguir indagando en los motivos que me han llevado a internarme otra vez en este libro maravilloso que ha inspirado tantos otros a lo largo de la historia de la literatura, tantas películas, tantas series de televisión, tantos juegos y juguetes, tantos motivos artísticos en las distintas facetas del arte...
a veces los libros nos manipulan impunemente, y no sabemos el modo de liberarnos de ellos. Tal vez ni siquiera queramos hacerlo.
 
 
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viernes, 22 de marzo de 2013

Invocación rogatoria


Invocación rogatoria

 

Padre Nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre.

 

Todas las personas no somos iguales, y todos los días tampoco lo son.

 

Una mañana nos despertamos sabiendo que sufrimos malos tiempos, que el Innombrable está intentando matar la Cultura de los pueblos y no sabemos el modo de librarnos del mal que padecemos.

  Las escuelas aparecen con los pupitres desvencijados y las aulas llenas de papeles arrugados tirados por el suelo. Las bibliotecas, entregadas a la acción demoledora del abandono. Los museos, privatizados para descargar a las arcas públicas del gasto de mantenerlos abiertos. Las galerías de arte están cerrando.

  Sobre las escuelas, nubes negras. Sobre las bibliotecas y los museos, una tormenta de ruinas precipitándose. Sobre las galerías de arte, un agujero insondable.

 

 

Venga a nosotros tu reino. Hágase tu voluntad: así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día dánosle hoy.

 

Qué será de nuestros hijos... Qué de nuestros ancianos más necesitados... Qué del porvenir de nuestros jóvenes...

 

 Todos los días de nuestra vida no son iguales, y todas las personas que conocemos tampoco lo son.

 

 

Honor a ti, que has sido dotado por los dioses de facultades para concebir sueños y ser capaz de plasmarlos. Tú, que compartes con nosotros los dones que recibiste de tus mayores. Muéstranos el camino que debemos seguir.

 

Líbranos de la avaricia de los codiciosos, de la ambición de los corroídos por la vanidad, del delirio de grandeza de los pobres de espíritu. Porque ellos no saben que su empeño bruto y errado, será causa de grandes males: También para los que lo causaron.

Una mañana nos despertamos conscientes de los malos tiempos que estamos sufriendo, conscientes de que el Innombrable proyecta matar la Cultura como derecho de los ciudadanos, y los que formamos la grey de los hombres decidimos salir a la calle con la frente levantada y la esperanza de que con tu guía podremos salvar nuestra dignidad cultural como seres humanos.

 

Venga a nosotros tu reino de cultura, y guíanos. Líbranos del mal. Amén.

viernes, 11 de enero de 2013

El planteamiento de nuestra novela

A juicio de su autor ninguna novela es perfecta y todas podrían mejorarse en tantos aspectos que el resultado daría lugar, incluso, a una obra nueva. Lo digo una vez más, la última ya, justo antes de que empecemos a construir la estructura de nuestra propia novela. Y lo digo precisamente para evitar en lo posible que el exceso de perfeccionismo entorpezca la escritura de quienes, persiguiendo un prurito de perfección imposible, se sienten inútilmente agarrotados y anulados para escribir una sola palabra en beneficio de otra mejor que nunca nos convencerá del todo.

Cada uno escribiremos nuestra obra. No se trata, por consiguiente, de asistir al nacimiento de un libro escrito por otro, sino de que cada uno escribamos uno diferente siguiendo unas mismas pautas de trabajo.

Necesitaremos, lógicamente, el material para escribir. Puede ser una libreta, un cuaderno, un paquete de folios, un ordenador, una máquina de escribir. Cualquier cosa sirve. Conviene que sea algo muy barato o, como en el caso de la informática, un sistema con posibilidades de escribir y reescribir cuantas veces nos haga falta sin preocuparnos ni del papel empleado ni del dinero malgastado cada vez que nos apetezca tirarlo todo para empezar el mismo capítulo o retocar un párrafo.

Lo primero que debemos decidir es el tema que queremos desarrollar a lo largo de las páginas, y pueden ser tantos como se nos ocurran, desde los más concretos a los más genéricos. Una vez que hayamos hecho la eleccion, trataremos de concretarla en cuatro o cinco renglones como mucho, no hacen falta más, y lo haremos de una manera sencilla y clara. Podemos hacer varios ensayos hasta quedarnos con la idea que más nos guste, que será en lo sucesivo lo que intentaremos desarrollar a lo largo de la obra.

Más adelante veremos que la idea principal que proponemos no es necesario que aparezca de manera explícita y directa, sino que más bien forma parte del fondo del argumento, algo así como el aire o el agua en el que se desenvuelven los seres vivos, empapados y envueltos en el medio que les contiene y condiciona su vida y sus actos.

En mi caso particular, cada uno debe elegir su propio tema, escribiré una novela sobre el acoso personal que sufren muchas mujeres que trabajan.

Para empezar, tal y como venimos diciendo, escribiré en la primera o segunda hoja de mi libreta un pequeño planteamiento del tema sobre el que tratará la novela. Después de varios intentos la redacción me ha quedado así:

"Una joven oficinista se ve obligada a actuar para defenderse
del acoso al que le somete el jefe del departamento
donde realiza prácticas de gestión administrativa".

He elegido este tema porque creo que me será sencillo acomodar el argumento a la trama del cuento de Caperucita que seguiremos como referencia, y, por otra parte, el ambiente administrativo es un medio que conozco bien debido a mi trabajo diario, y los problemas derivados del acoso laboral y las tensiones generadas por el afán de subir en el escalafón aunque sea a costa de otros son cosas que no me son ajenas y puedo tener facilidad para hablar de ellas. Conviene conocer lo mejor posible el medio en el que va a desenvolverse nuestra obra, puesto que no sólo debemos tener en cuenta los elementos que aparecerán de forma explícita sino también otros muchos que, no aludiendo a ellos, sí pueden incidir en la obra o influir en la credibilidad de lo que se cuenta.

La siguiente fase consistirá en hacer un resumen de dos o tres folios donde expongamos el argumento general y las características principales de la novela, pero a estos aspectos nos referiremos en el siguiente apartado.


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