en febrero:
Ambientada en la década de los cuarenta, un narrador en tercera persona, nos
cuenta la tragedia protagonizada por los gancheros, que conducen la maderada
a lo largo del cauce del río Tajo.
Son hombres desarraigados de la sociedad, huidos de la Justicia, y en
ocasiones, de sus propios fracasos. Cada uno arrastra una historia, una vida
rota, una melancolía.
Con maestría, con frases cortas, cargadas de contenido, el autor va
dibujando el ambiente en el que destacan tres personajes bien definidos:
El Americano, hombre enigmático, de grandes dotes de mando, que a pesar de
todo, siente la necesidad de hablar de su pasado. Es el capataz de la
cuadrilla de gancheros que conduce la maderada a lo largo del río Tajo.
El irlandés, un excombatiente de la guerra, que no puede olvidar los
horrores vividos, y no acepta los homenajes que el mundo rinde a los
vencedores. Desanimado y abatido, huyendo de esta barbarie, decide quedarse
un tiempo de reflexión en España. La casualidad le llevará a unirse a los
gancheros.
Paula, joven taciturna y valiente, que a diario, tiene que mantener a raya,
los lógicos impulsos viriles de los miembros de la cuadrilla, tanto tiempo
privados de sus desahogos.
Magistralmente dibujados los perfiles de los seres que se mueven en este
drama:
El cacique, dueño de vidas y haciendas: el Benigno.
El depravado y ajeno a todo escrúpulo: el Dámaso.
El hombre religioso: el Cuatro Dedos.
El mujeriego: el Seco.
El ingenuo: el Rubio, que aprenderá una lección de vida, cuando el Seco lo
disuade de pelear por la mujer del tabernero
El hombre pacífico que se interesa por la cultura: el Lucas
La mujer honesta: la Paula, que defenderá sus principios morales a cualquier
precio.
El clásico macho ibérico: el Antonio, que se siente dueño de la mujer, a la
que vigila constantemente.
El hombre íntegro, que abandona los oropeles para vivir acorde a su
vocación: el sacerdote de Sotabancos.
Las alcahuetas: Las hermanas del Benigno, dispuestas a sacar provecho de la
soledad de la muchacha, aun sabiendo el futuro que le espera.
El valor y la sabiduría, contenidos en la deforme figura del Chepa.
No olvida la pincelada de ternura con la presencia del "Galerilla"
El viejo hidalgo, las mañas de la ciega, las señoritas excursionistas, las
fiestas religiosas y profanas, descritas con detalle y autenticidad. Todo en
la obra, y sobre todo el trágico final, hace que no se olvide una vez leída.
Y hago notar, la amabilidad del autor, de leer los últimos párrafos para
nuestro colectivo
Brígida Rivas Ordóñez
Alicante, febrero de 2012.
Gracias, brígida, por tu magnífico comentario del libro. Sin desvelar el argumento, estoy seguro que después de leerte muchos se animarán a leer el libro, que es el objetivo principal del taller del que formas parte, desde alicante, desde hace ya más de tres años.
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