jueves, 26 de marzo de 2020

Comentario sobre "El oro del Rey"

 

Comentario sobre “El oro del Rey"

Autor: Arturo Pérez Reverte

Tema: La corrupción política a través de los tiempos

 

Narrador: en primera persona

 

Personajes:

Protagonista, el capitán Alatriste, un espadachín de los de la Edad Media, que anda buscando aventuras y jugándose la piel en cada trance.

Personajes secundarios: Íñigo, un joven que lo acompaña y que pone una nota ingenua en el relato.

El novelista y poeta Quevedo, a cuyas órdenes trabaja en esta obra Alatriste

 

Género: histórico en la modalidad de "capa y espada"

Estilo: narrativo

Argumento:

El protagonista llega a Sevilla después de haber luchado bravamente en Flandes, y frecuenta lugares donde se reúnen espadachines y aventureros. Aquí se encuentra con antiguos conocidos y se involucra en nuevas aventuras, esta vez lo contratan altos personajes en la tarea de boicotear un barco cargado de oro que viene de América.

El autor nos pone de manifiesto, nos sé si para consolarnos, que en todo tiempo ha habido corrupción, y personajes que roban para sobrevivir, a los cuales se les persigue y castiga con la cárcel. Mientras otros roban para enriquecerse a lo grande, no se les llama ladrones, sino corruptos (que queda mas estético) rara vez los castigan, no devuelven lo robado y en poco tiempo vuelven a la sociedad, con un buen puesto de trabajo, gracias a su demostrada pericia en artes infamantes

Este libro es un documento que nos instruye en la vida de aquellos siglos en que la desesperación o la aventura lanzaba al mar a tantos europeos en busca de mejores perspectivas de supervivencia.

 

Concluyendo:

que la Historia se repite, que en todo tiempo ha habido ladrones, corruptos, falta de trabajo y todos los problemas que hoy nos aquejan.

Que hoy tenemos mejores remedios para las enfermedades, mejores medios de viaje, mejores protecciones sociales; y aunque todo esto es mejorable:

¡¡¡CUAALQUIER TIEMPO PASADO, NO FUE MEJOR!!!

 

 

 

sábado, 7 de marzo de 2020

Las mujeres samis del reno

Las mujeres samis del reno

 

            La etnografía de Solveig Jooks sobre Las mujeres samis del reno estudia la actividad del reno como una acción cultural de los hombres y mujeres que interactúan en ella, con independencia de la falta de reconocimiento de la acción de las mujeres por parte de las políticas públicas del Gobierno. De este modo, Jooks centra su trabajo en la descripción argumental de una forma de vida social, haciendo visible el conjunto de reglas con cuyo uso las personas (hombres y mujeres) dan forma a las relaciones que mantienen entre sí en su vida y su acción social. En este marco teórico el concepto de grupo social adquiere una connotación más próxima a la de agente que interactúa que al exclusivo interés clasificatorio del sujeto anclado como objeto estático de estudio. Vamos por partes:

            Un agente es un individuo de carne y hueso, con nombre propio, que realiza una acción, que  tiene sentimientos, se relaciona con otras personas y hace cosas. En el fragmento de Joks de las páginas 27 y 28, se refiere a Anne, Biret y Elle como agentes que realizan su acción como infatigables trabajadoras del reno., puesto que el material empírico recogido en su investigación prueba que con el conjunto de reglas y actividades que desarrollan contribuyen a las relaciones y acciones sociales de la actividad del reno. Anne, Biret y Elle, como agentes, tienen condición de actuantes en su entorno emic.

 

            Un sujeto es una etiqueta clasificatoria que el investigador adjudica a las personas del campo de estudio en la mesa de trabajo con fines analíticos. Ejemplos de sujetos en Las mujeres samis del reno pueden ser la categoría clasificatoria de las mujeres samis, los hombres samis, los niños, los docentes de la escuela pública...

 

            La etnógrafa introduce el concepto de "grupo social" como colectivo interrelacionado que desarrolla reglas de costumbres que constituyen una forma de vida, que hacen cosas y tienen experiencias similares, y al mismo tiempo atribuye a los miembros del grupo social etiquetas clasificatorias basadas en la edad, el género o la formación profesional.

             El grupo (sujeto) está constituido por "individuos" (agentes) que son los que realizan la acción. Aunque estas acciones pueden ser comunes son acciones producidas, ejecutadas por agentes individuales. Esas acciones comunes identifican al grupo y le confieren una identidad, que aunque son acciones producidas de forma individual por los agentes, es necesario que se produzcan dentro del grupo para poder desarrollar la actividad del reno como forma de vida.

            El agente puede ser parte de varios grupos sociales (sujeto), según el tipo de acción que desarrolle, pudiendo ejecutar acciones en el hogar trashumante o en la siida, como miembro del grupo de la actividad del reno, o interactuar en el colegio de sus hijos como representante de la asociación de padres y madres de los alumnos. Del mismo modo, un niño puede colaborar en la separación de reses en el orahat, o asistir a la escuela.

             El agente puede salir, entrar o desplazarse de un grupo a otro, dependiendo de la acción que desarrolle en cada momento, en función asimismo de sus necesidades personales y en función de las necesidades del grupo en cuestión.

            Diríamos que Solveig Jooks utiliza el concepto de "grupo social" atribuyéndole una categoría analítica conmutante al dotarle de capacidad de acción y de sujeto referencial. Se basa para ello en el tratamiento del material empírico recogido, que le permite producir la información antropológica relativa a la actividad del reno como forma de vida sólo posible mediante las acciones realizadas por "los hombres", "las mujeres y "los niños" que constituyen indisolublemente el "grupo social" de la actividad del reno.

 

domingo, 26 de enero de 2020

Un refugio para Clara, de Marta estrada

Un refugio para clara, de Marta Estrada. La discapacidad auditiva no es la mejor comprendida de las deficiencias

 

 

     Me ha sorprendido muy gratamente el enfoque elegido para mostrar al lector en esta obra, Un refugio para Clara, de Marta Estrada, la realidad cotidiana de una discapacidad que no suele ser tampoco la más frecuente en el panorama de la Literatura. Por lo general, las deficiencias de las personas suelen emplearse en el arte como recurso instrumental para introducirnos en el lado indeseado de la naturaleza humana y, por consiguiente, se hacen resaltar los rasgos negativos, incluso dotándoles de aspectos incompatibles con las relaciones sociales y la buena convivencia en sociedad. Por este motivo he elegido hoy la obra de esta autora, que va ya por su tercera novela y mantiene una tendencia creciente de ventas. No en vano ha despertado el interés de las editoriales más renombradas.

            El argumento se resume en cuatro líneas, por supuesto que dejando fuera el meollo de todo lo que representa lo esencial de la obra, en la que lo secundario es lo que se nos muestra y lo fundamental es la atmósfera vital en que nos vemos gratamente envueltos desde el principio hasta el final.

           Clasificada como romántica y erótica, considero que el encasillador del libro ha preferido hacerlo siguiendo intereses comerciales en lugar de resaltar el enfoque social que con toda seguridad quiere dar la autora a su novela. La hija de Clara se queda parapléjica como consecuencia de un accidente de circulación conduciendo su madre, lo que crea en la protagonista un sentimiento de culpa que, sumado a la disolución de su matrimonio tras una larga temporada sufriendo violencia de género y la dedicación absoluta a su hija en el hospital, le llevan a una situación de estrés y la necesidad de tomarse un respiro pasando unos pocos días en un pueblo de los Pirineos descansando aislada del mundo. Pero una tormenta de nieve le hace tomar el rumbo equivocado y le obligará a refugiarse en la cabaña de un hombre de apariencia arisco y taciturno, que le ofrece su ayuda pero que se comporta como si le molestara su presencia. Eric es un joven de treinta y pocos años, con una buena formación académica, deportista y sordo desde la adolescencia. Ese tiempo aislados del mundo serán días en que descubran la forma mejor de comunicarse a pesar de las fricciones de los primeros momentos, surgen los primeros acercamientos, las  pequeñas y grandes complicidades, comparten  sus respectivas experiencias de vida y las mutuas ganas de vivir y redescubrir el amor.

     Un refugio para Clara no es una novela de entretenimiento para leer en la playa o mientras nos damos un baño caliente con espuma de colores. Es una novela que toca temas tan delicados como las minusvalías o el maltrato psicológico, y la aptitud constructiva que nos permitirá superar dificultades y seguir adelante, encontrar la parte positiva de cada situación, y vivir la vida viviéndola. No es un drama intrascendental para pasar un buen rato mientras lo leemos sino un ejemplo de superación y de segundas oportunidades.

           La novela se estructura en cincuenta y siete capítulos, con  un prólogo y un epílogo.

            En términos generales, nos preguntamos si es normal que en el siglo XXI siga siendo necesario el empleo de personajes con discapacidad dotados de facultades impactantes, como suelen ser la mayoría de ellas, en lugar de personajes más adecuados que sirvan como referencia de la diversidad funcional y la riqueza social que están en condiciones de aportar a la sociedad cada uno de los miembros que la constituyen con independencia de sus características individuales y sus sinergias concretas.

      En Un refugio para Clara, la autora refleja un gran conocimiento sobre la realidad de las personas con discapacidad auditiva a través del coprotagonista de su novela, y sobre las habilidades de motricidad y socialización de su hija de pocos años, que maneja su silla de ruedas con la espontaneidad simpática de una niña inquieta que no sabe y no quiere quedarse quieta por nada.

  Marta Estrada pensamos que quiere ir más allá, y que utilizando como metáfora la sordera de Eric nos indica la posibilidad de que sea la propia sociedad quien se muestra sorda, por no decir también ciega, insolidaria y estúpida en el sentido académico de necia y falta de inteligencia. El parsonaje de Eric representa, de una parte, el potencial humano de cualquier persona con independencia de sus circunstancias y, de otra, la responsabilidad colectiva de la sociedad que hace oídos sordos a la realidad diversa que nos constituye como comunidad de seres necesitados de vivir en convivencia, aportando cada uno sus capacidades...

      Está publicada por la editorial Destino, Colección Áncora y Delfín, año 2013, y tiene 444 páginas.

     La página web de la autora la podéis visitar en http://partaestradagalan.es, y en ella encontraréis información sobre sus restantes novelas, comentarios de sus seguidores, microcuentos y otros muchos contenidos. Seguro que os gusta.

 

 

Némesis, de Philip Roth

Némesis, de Philip Roth. Una novela en clave de moraleja

 

 

     El norteamericano Philip Roth, 1933-2018, ha pasado a la historia de la literatura universal como uno de esos escritores de altura que murieron sin el reconocimiento del Premio Nobel a pesar de haber alcanzado sobrados méritos para conseguirlo. Un caso parecido al del escritor español     Pérez Galdós, contra quien hizo labor de zapa la Iglesia debido a su conocido anticlericalismo. Respecto a Philip Roth la posible causa de su rechazo fue su comportamiento provocador hacia las convenciones sociales y su atrevimiento para tatar en sus novelas situaciones de índole sexual ligeramente más avanzadas a lo políticamente correcto en el momento de su publicación. El otro gran tema de su producción ers el nacionalismo estadounidense como valor patriótico, pero voy a centrarme en la obra de la que quiero hablar sin alargarme en preámbulos.

     Hace unos años leí su novela Némesis, y a pesar del paso del tiempo todavía hoy me sorprendo de vez en cuando dándole vueltas, dilucidando, sobre el dilema existencial que se desarrolla a lo largo de la trama. El trasfondo del argumento es el sentimiento de culpa que tocos hemos experimentado alguna vez sin que nos sintamos directamente responsable de los hechos que nos apesadumbran, pero con un enfoque que me sorprendió y no me dejó indiferente. En Newark una terrible epidemia está causando estragos, amenazando a los hijos de la ciudad de Nueva Jersey con parálisis, invalidez crónica y la muerte. Una epidemia de polio durante el verano de 1944. Roth retrata a sus personajes librando su propia batalla personal contra la epidemia, temiendo la aparición de sus síntomas y desconociendo el modo de prestar voluntariado social y, al tiempo, ponerse a salvo de su peligrosidad.

     El protagonista et un joven que le han rechazado como soldado para participar en la Segunda Guerra Mundial debido a su debilidad visual, y decide prestar servicio social en los campamentos de verano que han organizado para los escolares en zonas alejadas de la ciudad para librarlos del contagio de la epidemia. Esta experiencia, en contacto con los hijos de las familias más pudientes, que son las que pueden permitirse protefer a sus hijos pagándoles la estancia, deja al descubierto conflictos morales que no sabe resolver en su fuero interno. ¿Está ayudando lo suficiente? ¿Pocría hacer más de lo que está haciendo? ¿Es justo la distribución desigual de la solidaridad en funciones de los bienes materiales de los ciudadanos? ¿qué decisiones determinan fatalmente la vida? ¿Hasta qué punto somos impotentes ante las circunstancias? Su sentimiento de culpa es mucho más sutil y llega mucho más lejos. La obra de Philip Roth, en la doble retrospectiva en que se nos presenta, nos obliga a interiorizar también a nosotros en el problema y nos hace pensar si cada uno, en la medida de nuestras propias circunstancias personales, adoptamos en cada situación la decisión más acorde con nuestros principios, y, fundamentalmente, si habríamos podido tomar otras decisiones.

     Una obra de fácil lectura, escrita en tercera persona para lograr cierta objetividad sobre la situación expuesta, actúa en el lector como una llave de la conciencia. Posiblemente las contingencias humanas sucedan sin causa que las hagan inteligibles racionalmente, y nosotros seamos sólo sujesos pasivos de sus consecuencias.

Algunas de sus obras son: Pastoral americana (1997), Me casé con un comunista (1998), La mancha humana (2000), El animal moribundo (2001), La humillación (2009).

     Entre los muchos reconocimientos que ha recibido por su obras se encuentra el Premio Pulitzer por Pastoral americana, en 1998, y el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, en el año 2012. Después de una trayectoria tan dilatada y haber obtenido el reconocimiento más unánime de sus lectores como lo demuestra tanto su popularidad en Estados Unidos como el resultado de la venta de sus libros, el hecho de que se le haya negado durante décadas la consagración del Premio Nobel puede representar algo secundario. Se cuenta que uno de los miembros del jurado encargado de su concesión le tenía vetado por su patriotismo americano y por el tratamiento explícito sin prejuicios de la sexualidad en sus obras.

 

     Nosotros, si queremos indagar en los temas sociales de su producción y en los principios morales que impregnan su obra, Némesis, publicada en el año 2011, puede ser una buena propuesta.

 

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NéMESIS

ROTH, PHILIP

 

?Editorial MONDADORI

?Año de edición 2011

?ISBN: 978-84-3972-333-2.